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22. El Renuente![]() Evangelismo es el estudio de cómo testificar eficazmente y compartir el evangelio con audacia. Considera los elementos básicos del plan de salvación y su presentación con claridad. Enseña como superar la resistencia de diferentes tipos de mentalidades. Explica cómo hacer el seguimiento y presenta las verdades fundamentales que el obrero cristiano tiene que enseñarle al recién convertido. CÓMO
TRATAR A LOS QUE RECONOCEN QUE DEBEN VOLVERSE A DIOS PERO PONEN
EXCUSAS
Con frecuencia tropezamos con personas que
han escuchado el Evangelio por muchos años y están convencidos de
que es la verdad y que algún día deberán reconciliarse con Dios,
pero tratan de aplazar este momento con toda clase de excusas.
Algunos dicen: O.
No me siento con deseos de ser cristiano. R. Hay personas que creen que antes de ser
convertidos han de sentir alguna emoción especial, un gran peso por
sus pecados, han leído, quizá de grandes despertamientos en los
cuales personas emocionales lloraban y hasta se desmayaban por el
temor de la condenación y el deseo de ser salvos. A los tales puede
leérseles Juan 3:20, 21: “Amados, si nuestro corazón no nos
reprocha algo, mayor que nuestro corazón es Dios y Él conoce todas
las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprocha tenemos
confianza en Dios”. Y también Jeremías 17:9 y 10: “Engañoso
es el corazón más que todas las cosas y perverso. ¿Quién podrá
conocerlo? Yo, Jehová, que escudriño la mente y pruebo el corazón,
para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras”. O.
No me siento pecador como para ser condenado. Que Dios condene a los
grandes pecadores del mundo se comprende, pero no a una persona que
no hace mal a nadie, sino todo el bien que puede. Esto me hace dudar
del infierno. R. Explíquele que Dios no es injusto, y no
va a condenar en bloque a la humanidad entera, sino que la Palabra
de Dios enseña que cada persona va a ser juzgada según sus obras,
leyéndole Apocalipsis 20:11 y 12: “Y vi un gran trono blanco y al
que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y
el cielo, y no se encontró ningún lugar para ellos. Y vi a los
muertos grandes y pequeños de pie delante de Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la
vida y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras”. “Y el mar entregó los muertos que había
en él; y la muerte y el hades entregaron los muertos que había en
ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”. El que sea usted una persona honorable
puede tener el mérito de disminuir su grado de condenación, pero
no va a librarle de ser condenado, pues la Palabra de Dios dice en
Romanos 3:23: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la
gloria de Dios”… “No hay justo ni aun uno; no hay quien
entiende, no hay quien busque a Dios”. ¿Cree usted que es poca cosa el ser
destituido de la gloria de Dios? Y éste es el veredicto que pesa
sobre todos aquellos que no han buscado a Dios en esta vida, por más
que en muchos de los condenados existan atenuantes que van a
librarles de una condenación terrible, pero no del ser destituidos
de la gloria de Dios. Háblele aquí de los privilegios de los
redimidos por Cristo, leyéndole Efesios 1:3, 11-14: “Benditosea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo… a
fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que ya
antes esperábamos en Cristo. En Él también vosotros, habiendo oído
la Palabra de Verdad,el Evangelio de vuestra salvación, y habiendo
creído, fuisteis sellados también en Él, con el Espíritu Santo
de la promesa, el cual es las arras de nuestra herencia con miras a
la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”. Así como Apocalipsis 1:5 y 6: “Al que
nos amó y nos liberó de nuestros pecados con su sangre e hizo de
nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre, a Él sea la
gloria y el dominio por los siglos de los siglos”. Aun cuando usted sea tan bueno que no ocupe
sino un lugar muy lejano en la escala de condenados, esta sola
condición es suficiente para que tenga que lamentar muy mucho los
privilegios que hubiese tenido aceptando a Jesucristo como su
Salvador y Señor. Ahora note que sólo hay un medio para evitar el
juicio de condenación y es el que Jesús declara en Juan 5:24:
“De cierto, de cierto os digo: el que oye mi Palabra, y cree al
que me envió tiene vida eterna y no vendrá a juicio de condenación
sino que ha pasado de la muerte a la vida”. Para demostrarle la pecaminosidad efectiva
de todo ser humano ante la Ley de Dios, cítele el texto de Mateo
7:12: “Así que todo cuanto queráis que loshombres os hagan a
vosotros, así hacedlo vosotros a ellos, porque esto es la ley y los
profetas”. Fíjese que Jesús declara que ésta es la
esencia de la ley divina, sin embargo podemos preguntarnos a
nosotros mismos: ¿Ha hecho usted siempre a sus prójimos lo que
desea que otros hagan con usted? Yo no, porque mi corazón es egoísta
y siento que no puedo justificarme delante de Dios hasta el punto de
poder pedirle que me clasifique entre los justos por mis propios méritos.
No puedo decirle que he sido tan bueno durante toda mi vida que no
necesito para nada la obra redentora de Jesucristo, para borrar mis
pecados. ¿Puede hacerlo usted? Por esto es que Jesús añadía a
continuación: “Entrad por la puerta estrecha, porque es ancha la
puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y son muchos
los que entran por ella, porque es estrecha la puerta y angosto el
camino que lleva a la vida y son pocos los que la hallan”. ¿Y cuál es esta puerta por la cual
tenemos que pasar ineludiblemente para entrar en la vida eterna? Véalo
en San Juan 10:7-9: “Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto,
de cierto os digo, yo soy la puerta de las ovejas… el que entre
por medio de mí, será salvo, entrará y saldrá y hallará pastos.
El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida y para que la tengan en abundancia». Y añade aún más: “yo soy el buen
Pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.” O.
Seguro que me convertiré algún día, pero todavía no, porque soy
joven y quiero disfrutar de la vida. R. Pero Dios dice, en Eclesiastés 12:1:
“Acuérdatede tu Creador en los días de tu juventud, antes que
vengan los días malos y lleguen los años de los cuales digas no
tengo en ellos contentamiento”. Expóngale el ejemplo del rico necio que
dijo:”Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años,
descansa, come, bebe, diviértete, pero Dios le dijo: Necio, esta
noche vienen a pedir tu alma, y lo que has provisto, ¿para quién
será? Así es el que atesora para sí mismo y no es rico en Dios”. Enfatícese esta verdad con Gálatas 6:7 y
8: “No osengañéis, Dios no puede ser burlado, que todo lo que el
hombre sembrare, esto también segará, porque el que siembra para
su carne de la carne segará corrupción, mas el que siembra para el
espíritu del espíritu segará vida eterna”. O.
Es un porcentaje muy pequeño el de las personas que mueren de
accidente o de muerte repentina, y Dios sabe que tengo verdadero
propósito de ser cristiano algún día, y la Sagrada Escritura dice
que Dioses “lento para la ira y grande en misericordia”. R. Por parte de Dios sí, hay muchas
demostraciones y pruebas de que Él es paciente, pero puede ocurrir
que usted mismo cambie de actitud. En Hebreos 3:12 y 13 se demuestra
que el esperar puede traer dureza de corazón: “Mirad, hermanos,
que no haya en ninguno de vosotros un corazón malo de incredulidad
para apartarse del Dios vivo, antes exhortaos los unos a los otros
cada día, entretanto que dura este Hoy; para que ninguno de
vosotros se endurezca por el pecado”. Muéstresele que no siempre habrá
oportunidad para reconciliarse con Dios, leyendo Isaías 55:6, que
dice: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en
tanto que está cercano. Deje el impío su camino y el hombre inicuo
sus pensamientos y vuélvase a Jehová, el cual tendrá compasión
de él, y a nuestro Dios el cual será amplio en perdonar”. Nótese la razón para esta acción rápida
por nuestra parte, pues el profeta continúa diciendo: “Porque mis
pensamientos no son como vuestros pensamientos ni mis caminos como
vuestros caminos, dice Jehová”. Esto queda ilustrado con la historia ya
citada del rico necio, que no contaba con que los planes de Dios
para con su vida eran diferentes de los suyos (véase Lucas
12:15-20), y es lo que afirma Santiago en el capítulo 4:13-17 de su
epístola: “Vamos ahora los que decís, hoy y mañana iremos a tal
ciudad y estaremos allí un año, y traficaremos y ganaremos, cuando
no sabéis qué será el mañana porque ¿qué es vuestra vida?, un
vapor que aparece por un poco de tiempo, que luego se desvanece,
enlugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, y si viviéremos
haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis envuestras
fanfarronadas. Toda jactancia semejante es mala; el pecado está,
pues, en aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace”. Y es lo que dice también Salomón en
Proverbios 29:1, donde leemos: “El hombre que reprendido endurece
la cerviz, de repente será quebrantado y no habrá para él
medicina”. Jesucristo destaca también la
responsabilidad de aquellos que han tenido oportunidad de escuchar
su Palabra y han resistido las invitaciones de su gracia, diciendo:
“Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían
pecado, pero ahora no tienen excusa de supecado” (Juan 15:22.) O.
Algunos responderán: Quisiera ser cristiano,pero perjudicaría mi
negocio. R. Es cierto que en muchas partes del mundo
aún hoy perjudican mucho sus intereses materiales, y hay naciones
en las que llegan a exponer su libertad los que se declaran
cristianos y empiezan a poner primero en sus vidas las cosas de Dios,
pero los negocios de esta vida –y la misma libertad– no es lo más
apreciable de todo, mientras que la salvación es eterna. Enséñesele
que es preciso que confíe en Dios, leyéndole 2º Crónicas 25:8,
9: “En Dios está la fortaleza para ayudar o para derribar; y AmasÍas
dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de 100 talentos que
he dado al ejército de Israel? y el varón de Dios respondió: De
Jehováes darte mucho más que esto”. Así como Mateo 6:33, donde
leemos: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y
todas estas cosas os serán añadidas”. O.
Es que mis familiares se me oponen. R. Cítele Marcos 10:29, 30: “De cierto
os digo que no hay ninguno que no haya dejado casas, o hermanos y
hermanas, o padre, o madre, o hijos, o campos, por causa de mí y
por causa del Evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este
tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con
persecuciones, y en la era venidera, la vida eterna”. Y también Marcos 8:34-38: “Y llamando a
la multitud, así como a sus discípulos, les dijo: Si alguien
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame,
pues cualquiera que quisiere salvar su vida la perderá, pero
cualquiera que haya de perder su vida por causa de mí y del
Evangelio la salvará.” Porque, “¿qué provecho hay que una
persona gane el mundo entero y que pierda su alma? ¿Pues qué puede
dar el hombre a cambio de su alma?” Porque quien quiera que se avergüence de mí
y de mis palabras, en medio de esta generación adúltera y pecadora,
el Hijo del hombre también se avergonzaría de Él cuando venga en
la gloria de su Padre con los santos ángeles”. |
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