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21. Los Pactos Teología Sistemática 1 es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado. 21. Los Pactos por Lewis Sperry Chafer
A.
Los pactos teológicos. Para
definir el eterno propósito de Dios, los teólogos han sostenido la
teoría de que es el propósito central de Dios el salvar a los
elegidos, aquellos escogidos para salvación desde la eternidad
pasada. De acuerdo a ello, consideran la historia primeramente como
la obra exterior para el plan de Dios en cuanto a la salvación.
Desarrollando esta doctrina, ellos han expuesto tres pactos teológicos
básicos. 1.
Se dice que con Adán se estableció un pacto de obras. La
provisión del pacto era tal que si Adán obedecía a Dios, él sería
guardado seguro en su estado espiritual y recibiría la vida eterna.
Se afirma que este pacto es sostenido por la advertencia
concerniente al árbol del conocimiento del bien y del mal, «porque
el día que de él comieres, morirás» (Gn. 2:17). Se deduce
que si él no hubiera comido del árbol, no hubiese muerto y, como
los santos ángeles, hubiese sido confirmado en su estado santo.
Este pacto está basado casi totalmente en la deducción y no es
llamado un pacto en 2.
Otro pacto sugerido es el pacto de la redención, en el cual se
insinúa la enseñanza de que fue establecido un pacto entre Dios el
Padre y Dios el Hijo en relación a la salvación del hombre en la
eternidad pasada. En este pacto el Hijo de Dios se comprometió
en proveer la redención para la salvación de aquellos que creyeran,
y Dios prometió aceptar su sacrificio. Este
pacto tiene más sostenimiento en las Escrituras que el pacto de
obras en que De
estas y de otras Escrituras está claro que el propósito de DIOS
para la salvación es eterno. Se sugiere que un pacto formal fue
acordado entre Dios el Padre y Dios el Hijo del hecho de que el propósito
de Dios es también una promesa. 3.
Aun otra tentativa es el contemplar el eterno propósito de Dios en
la salvación como un pacto de gracia. En este punto de vista
Cristo es contemplado como el Mediador del pacto y el representante
de aquellos quienes ponen su confianza en Él. Los individuos
encuentran las condiciones de este pacto cuando colocan su fe en
Jesucristo como Salvador. Aunque este pacto es también una deducción
del plan eterno de salvación, tiende a enfatizar el carácter de
gracia de la salvación de Dios. El pacto de la redención y el
pacto de gracia, en consecuencia, tienen algunas bases escriturales
y son más aceptables para la mayoría de los estudiosos de Sin
embargo, se ha levantado el problema de que aquellos que son adeptos
a estos pactos teológicos siempre hacen del plan de Dios para la
salvación su propósito primordial en la historia humana. Así
ellos tienden a ignorar los particulares sobre el plan de Dios para
Israel, el plan de Dios para B.
Los pactos bíblicos. Los
pactos de Dios contenidos en Un pacto
incondicional, mientras que puede incluir ciertas contingencias
humanas, es una declaración de cierto propósito de Dios, y las
promesas de un pacto incondicional serán ciertamente cumplidas en
el tiempo y a la manera de Dios. De los ocho pactos bíblicos sólo
el edénico y el mosaico eran condicionales. Sin embargo, aun bajo
los pactos incondicionales hay un elemento condicional como si se
aplicara a ciertos individuos. Un pacto incondicional se distingue
de uno condicional por el hecho de que su cumplimiento esencial es
prometido por Dios y depende del poder y la soberanía de Dios. 1.
El pacto edénico fue el primer pacto que Dios hizo con el
hombre y fue un pacto condicional con Adán en el cual la
vida y bendición o la muerte y la maldición dependían de la
fidelidad de Adán. Gn. 1:26-31 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 2 7Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto Gn. 2:16-17 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol
del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás. El
pacto edénico incluía el dar a Adán la responsabilidad de ser el
padre de la raza humana, sojuzgar la tierra, tener dominio sobre los
animales, cuidar del huerto y no comer del árbol del conocimiento
del bien y del mal. Por haber fracasado Adán y Eva al comer de la
fruta prohibida, fue impuesta la pena de muerte para la
desobediencia. Adán y Eva murieron espiritualmente de inmediato y
necesitaron nacer de nuevo para poder ser salvos. Más tarde también
murieron físicamente. Su pecado hundió a toda la raza humana en un
molde de pecado y muerte. 2.
El pacto adámico fue hecho con el hombre después de la caída. Este es
un pacto incondicional en el que Dios declara al hombre lo que será
su porción en la vida por causa de su pecado. Aquí no hay lugar
para ninguna apelación, ni se implica responsabilidad alguna de
parte del hombre. Gn. 3:16-19 Como un
todo, el pacto provee importantes rasgos, los cuales condicionan la
vida humana desde este punto en adelante. Incluido en este pacto está
el hecho de que la serpiente usada por Satanás es maldita. Gn. 3:14 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto
hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los
animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos
los días de tu vida. Ro. 16:20 20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo
vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros. 2Co. 11:3, 14 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó
a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la
sincera fidelidad a Cristo. 14 Y no es maravilla, porque
el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Ap. 12:9
9
Y
fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se
llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue
arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Se da
la promesa del Redentor, la cual es luego cumplida en Cristo. Gn. 3:15 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar. Se
detalla el lugar de la mujer en cuanto a estar sujeta a una concepción
múltiple, al dolor y la pena en la maternidad, y en cuanto a la
posición del hombre como cabeza. Gn. 1:26-27 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del
mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y
en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó
Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y
hembra los creó. 1Co. 11:7-9 7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él
es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del
varón, 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la
mujer, sino la mujer por causa del varón. Ef. 5:22-25 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos,
como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer,
así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él
es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta
a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a
la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 1Ti. 2:11-14 11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio
sobre el hombre, sino estar en silencio. 13 Porque Adán
fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado,
sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. El
hombre debería, en lo sucesivo, de ganar el pan con el sudor de su
frente. Gn. 2:15 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el
huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y
del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás. Gn. 3:17-19 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de
tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás
de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de
ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor
de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque
de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. La vida
del hombre sería dolorosa y con la muerte por final. Gn. 3:19 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres,
y al polvo volverás. Ef. 2:5 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), Por un
período bastante extenso, el hombre continúa desde ese punto en
adelante viviendo bajo el pacto adámico. 3.
El pacto de Noé fue hecho con Noé y sus hijos. Este
pacto, mientras que repite algunos de los rasgos del pacto adámico,
introdujo un nuevo principio de gobierno humano como un medio de
frenar el pecado. Gn.
9:1-18 1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo:
Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2 El
temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra,
y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la
tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.
3 Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así
como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. 4 Pero
carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. 5 Porque
ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo
animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su
hermano demandaré la vida del hombre. 6 El que derramare
sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a
imagen de Dios es hecho el hombre. 7 Mas vosotros
fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y
multiplicaos en ella. 8 Y habló Dios a Noé y a
sus hijos con él, diciendo: 9 He aquí que yo establezco
mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de
vosotros; 10 y con todo ser viviente que está con
vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con
vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de
la tierra. 11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no
exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más
diluvio para destruir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta es
la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo
ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Como el
pacto adámico, era incondicional y revelaba el propósito de Dios
para la generación subsiguiente a Noé. Las provisiones del pacto
incluían el establecimiento del principio del gobierno humano, en
el que se instituyó la pena capital para aquellos que tomaran la
vida de otro hombre. Fue reafirmado el orden normal de Gn. 8:22 22
Mientras la tierra permanezca, no cesarán la
sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno,
y el día y la noche. Gn. 9:2 2
El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo
animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que
se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra
mano son entregados. Y al
hombre le fue permitido comer carne fresca de animales en lugar de
vivir solamente de vegetales, como parece haberlo hecho antes del
diluvio. Gn. 9:3-4 3 Todo lo que se mueve y vive, os será para
mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he
dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no
comeréis. El
pacto con Noé incluía la profecía concerniente a los
descendientes de sus tres hijos y designaba a Sem como el único de
quien vendría la línea divina que seguiría hasta que el Mesías
viniera. Gn. 9:25-27 5
y
dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos. 26 Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su siervo.
27
Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su siervo. El
dominio de las naciones gentiles en la historia del mundo está
implicado en la profecía concerniente a Jafet. Así como el pacto
adámico introdujo la dispensación de la conciencia, así el pacto
con Noé introdujo la dispensación del gobierno humano. 4.
El pacto abrahámico es una de las grandes
revelaciones de Dios concernientes a la historia futura, y en él
fueron dadas profundas promesas a lo largo de tres líneas.
Gn. 12:1-4 1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra
y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te
bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré
a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se
fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de
edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Gn. 13:14-17 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó
de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás
hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque
toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para
siempre. 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la
tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también
tu descendencia será contada. 17 Levántate, ve por la
tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Gn. 15:1-7 1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a
Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu
galardón será sobremanera grande. 2 Y respondió Abram:
Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y
el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo
también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será
mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4 Luego vino a
él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un
hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera,
y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las
puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6 Y
creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. 7 Y le
dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte
a heredar esta tierra. Gn. 17:1-8 1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le
apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda
delante de mí y sé perfecto. 2 Y pondré mi pacto entre
mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. 3 Entonces
Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
4 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre
de gentes. 5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino
que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de
muchedumbre de gentes. 6 Y te multiplicaré en gran
manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. 7Y
estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de
ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el
de tu descendencia después de ti. 8 Y te daré a ti, y a
tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la
tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. Primero
de todo, fueron dadas promesas a Abraham de que él tendría gran
descendencia. Gn. 17:16 16 Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí,
la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos
vendrán de ella. Que
tendría mucha bendición personal, que su nombre sería grande y
que él personalmente sería una bendición. Gn. 13:14-15, 17 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó
de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás
hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque
toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para
siempre. 17 Levántate,
ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Gn. 15:6,18 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A
tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el
río grande, el río Eufrates; Gn. 24:34-35 34 Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham. 35 Y
Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le
ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y
asnos. Jn. 8:56 56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver
mi día; y lo vio, y se gozó. Gn. 12:2
2
Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. Segundo,
a través de Abraham fue hecha la promesa de que emergería una gran
nación (Gn. 12:2). En el propósito de Dios esto tiene referencia
primeramente a Israel y a los descendientes de Jacob, quienes
formaron las doce tribus de Israel. A esta nación le fue dada la
promesa de la tierra. Gn. 12:7 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu
descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová,
quien le había aparecido. Gn. 13:15 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre. Gn. 15:18-21 18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram,
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de
Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; Gn. 17:7-8 7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo,
para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y
te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que
moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el
Dios de ellos. Una
tercera área principal del pacto fue la promesa de que por medio de
Abraham vendría bendición al mundo entero. Gn. 12:3 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de
la tierra. Esto
tendría su cumplimiento en que Israel sería el canal especial de
la revelación divina de Dios, la fuente de los profetas quienes
revelarían a Dios y proveerían de El
pacto con Abraham, como el adámico y el de Noé, es incondicional.
Mientras que cualquier generación particular de Israel podría
disfrutar de sus provisiones con sólo ser obedientes, y podrían,
por ejemplo, ser guiados hacia la cautividad si ellos eran
desobedientes, el propósito esencial de Dios para bendecir a
Israel, para revelarse a sí mismo a través de Israel, para proveer
redención a través de Israel y para traerle dentro de 5.
El pacto mosaico fue dado a través de Moisés para los hijos
de Israel mientras que estaban viajando desde Egipto hacia Ex. 20:1 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en
el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra
escritas con el dedo de Dios. En Éxodo,
y ampliado en muchas otras porciones de las Escrituras, Dios le dio
a Moisés la ley que era para gobernar su relación con el pueblo de
Israel. Los aproximadamente seiscientos mandamientos específicos
están clasificados en tres divisiones principales: a)
Los
mandamientos, conteniendo la voluntad expresada de Dios. Ex. 20:1-26 1
Y
habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy
Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de
servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que
esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito
la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta
generación de los que me aborrecen, 6 y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis
mandamientos. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano;
porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas
el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él
obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada,
ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra,
el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo
día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y
lo santificó. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se
alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás
la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni
su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos,
y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el
pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a
Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable
Dios con nosotros, para que no muramos. 20 Y Moisés
respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y
para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. 21
Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a
la oscuridad en la cual estaba Dios. 22 Y Jehová dijo a
Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto
que he hablado desde el cielo con vosotros. 23 No hagáis
conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar
de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos
y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde
yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te
bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no las
labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo
profanarás. 26 No subirás por gradas a mi altar, para
que tu desnudez no se descubra junto a él. b)
Los
juicios, relacionados a la vida social y cívica de Israel. Ex. 21: 1 1 Estas son las leyes que les propondrás. Ex. 24:11 11 Más no extendió su mano sobre los príncipes de los
hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron. c)
Las ordenanzas. Ex. 24:12 12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte,
y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y
mandamientos que he escrito para enseñarles. Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en
el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra
escritas con el dedo de Dios. La ley
mosaica era un pacto condicional e incorporaba el principio de que
si Israel era obediente, Dios les bendeciría, pero si Israel era
desobediente, Dios les maldeciría y les disciplinaría. Esto es
destacado especialmente en Deuteronomio 28. Aunque ya se había
anticipado que Israel fracasaría, Dios prometió que Él no
abandonaría a su pueblo. Jer. 30:11 11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová,
y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero
a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de
ninguna manera te dejaré sin castigo. El
pacto mosaico también fue temporal y terminaría en la cruz de
Cristo. Aunque contenía elementos de gracia, era básicamente un
pacto de obras. 6.
El pacto palestino era un pacto incondicional en
conexión con la posesión final de la tierra por parte de Israel. Dt. 30:1-10 1Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas
estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de
ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te
hubiere arrojado Jehová tu Dios, 2y te convirtieres a
Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te
mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
3entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá
misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los
pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4Aun
cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay
debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá
te tomará; 5y te hará volver Jehová tu Dios a la
tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te
multiplicará más que a tus padres. 6Y circuncidará
Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para
que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
a fin de que vivas. 7Y pondrá Jehová tu Dios todas
estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que
te persiguieron. 8Y tú volverás, y oirás la voz de
Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno
hoy. 9Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de
tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en
el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse
sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres,
10cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar
sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley;
cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma. Este
pacto se ilustra como un pacto básicamente incondicional y seguro
en su cumplimiento; sin embargo, tiene elementos condicionales para
cualquier generación en particular. La promesa dada a Abraham en Gn.
12:7, y reafirmada luego a través del Antiguo Testamento, sería
que la simiente de Abraham poseería la tierra. Gn. 12:7 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu
descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová,
quien le había aparecido. No
obstante, a causa de la desobediencia y el fracaso, Jacob y sus
descendientes vivieron en Egipto cientos de años antes del Éxodo.
Así, manteniendo el propósito de Dios, ellos volvieron y poseyeron,
por lo menos, una porción de la tierra. Más tarde, a causa de la
desobediencia y la negligencia a la ley de Dios, ellos fueron
sometidos a los cautiverios asirio y babilónico. Otra vez en la
gracia de Dios, les fue permitido volver después de setenta años
del cautiverio babilónico y reposeer la tierra hasta que Jerusalén
fue destruida en el 70 d.C. Sin embargo, a pesar de todos los
fracasos, a Israel se le promete que volverá a la tierra, vivirá
allí en seguridad y con bendición y nunca será dispersada
nuevamente. Ez. 39: 25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora
volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la
casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26 Y
ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que
prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad,
y no haya quien los espante; 2 7cuando los saque de entre
los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea
santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y
sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos
llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra,
sin dejar allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más
de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la
casa de Israel, dice Jehová el Señor. Am. 9:14-15 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y
edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán
viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el
fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y
nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho
Jehová Dios tuyo. El
retorno presente de Israel a la tierra es, por lo tanto, altamente
significativo porque cumple la primera etapa del regreso de Israel,
necesario para establecer el escenario para el fin de los tiempos.
La vuelta de Israel será completada hasta el último hombre después
de que Jesucristo vuelva y establezca su reino (Ez. 39:25-29).
Mientras que cualquier generación pudiera haber sido sacada fuera
de la tierra por su desobediencia, el propósito final de Dios de
traer a su pueblo dentro de su Tierra Prometida es incondicional y
cierto en su cumplimiento. El
pacto palestino, de acuerdo a ello, incluye la dispersión de Israel
por la incredulidad y la desobediencia. Gn. 15:13
13
Entonces
Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en
tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos
años. Dt. 28:63-68 63 Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en
multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros;
y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para
tomar posesión de ella. 64Y Jehová te esparcirá por
todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro
extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni
tus padres, al leño y a la piedra. 65Y ni aun entre
estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo;
pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de
ojos, y tristeza de alma; 66y tendrás tu vida como algo
que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y
no tendrás seguridad de tu vida. 67Por la mañana dirás:
¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién
diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que
estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68Y
Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te
ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros
enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre. Tiempos
de arrepentimiento y restauración. Dt. 30:2 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a
su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con
todo tu corazón y con toda tu alma, La
recolección de Israel. Dt. 30:3 3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá
misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los
pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. Jer. 23:8 8 sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la
descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas
las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra. Jer. 30:3 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en
que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha
dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la
disfrutarán. Jer. 31:8 8 He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y
los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos,
la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran
compañía volverán acá. Ez. 39:25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora
volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la
casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26 Y
ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que
prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad,
y no haya quien los espante; 27 cuando los saque de entre
los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea
santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28Y
sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos
llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra,
sin dejar allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más
de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la
casa de Israel, dice Jehová el Señor. Am.
9:9-15 9 Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de
Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el
grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. Hch. 15:14-17 14
Simón
ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para
tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto
concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16
Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,
17
Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, La
restauración de Israel a su tierra. Is.
11:11-12 11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová
alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que
aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat,
y en las costas del mar. 12 Y levantará pendón a las
naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los
esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. Jer.
23:3-8 3 Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de
todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas;
y crecerán y se multiplicarán. 4 Y pondré sobre ellas
pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán,
ni serán menoscabadas, dice Jehová. 5 He aquí
que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo
justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y
justicia en la tierra. 6 En sus días será salvo Judá,
e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le
llamarán: Jehová, justicia nuestra. 7 Por tanto,
he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive
Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto,
8 sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de
la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde
yo los había echado; y habitarán en su tierra. Am. 9:9-15 (citado arriba) Su
conversión espiritual y restauración nacional. Os. 2:14-16 14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al
desierto, y hablaré a su corazón. 15 Y le daré sus viñas
desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí
cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su
subida de la tierra de Egipto. 16 En aquel tiempo, dice
Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. Ro. 11:26-27 26
y
luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.
27
Y este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados. Su
seguridad y prosperidad final como nación y el juicio divino para
sus opresores. Am.
9:11-15 11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de
David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo
edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que aquellos
sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a
todas las naciones, dice Jehová que hace esto. 13 He
aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al
segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los
montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán
ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y
beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de
ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más
serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios
tuyo.
Is. 14:1-2 1 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía
escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se
unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob. 2 Y
los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de
Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y
cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que
los oprimieron. Jl.
3:1-8 1 Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel
tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén,
2 reuniré a todas las naciones, y las haré descender al
valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi
pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las
naciones, y repartieron mi tierra; 3 y echaron suertes
sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las
niñas por vino para beber. 4 Y también, ¿qué
tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio de
Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien
pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza. 5 Porque
habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas
metisteis en vuestros templos; 6 y vendisteis los hijos
de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos, para
alejarlos de su tierra. 7 He aquí yo los levantaré del
lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra
cabeza; 8 y venderé vuestros hijos y vuestras hijas a
los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, nación
lejana; porque Jehová ha hablado. Mt.25:31-46 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos
los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de
gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las
naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor
las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su
derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el
Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad
el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me
disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel,
y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o
sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos
forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para
el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me
disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis;
enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces
también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel,
y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo:
De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más
pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos
al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. 7.
El pacto davídico era un pacto incondicional en
el cual Dios prometió a David un linaje real sin fin, un trono y un
reino, todos ellos para siempre. 2S. 7:4-16 4 Aconteció aquella noche, que vino palabra de Jehová
a Natán, diciendo: 5 Ve y di a mi siervo David: Así ha
dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more? 6 Ciertamente
no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de
Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo.
7 Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he
hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya
mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me
habéis edificado casa de cedro? 8 Ahora, pues, dirás así
a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te
tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe
sobre mi pueblo, sobre Israel; 9 y he estado contigo en
todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus
enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes
que hay en la tierra. 10 Además, yo fijaré lugar a mi
pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más
sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,
11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y
a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te
hace saber que él te hará casa. 12 Y cuando tus días
sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de
ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y
afirmaré su reino. 13 El edificará casa a mi nombre, y
yo afirmaré para siempre el trono de su reino. 14 Yo le
seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal,
yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de
hombres; 15 pero mi misericordia no se apartará de él
como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. 16 Y
será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro,
y tu trono será estable eternamente. 1Cr. 17:3-15 3 En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán,
diciendo: 4Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová:
Tú no me edificarás casa en que habite. 5 Porque no he
habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de
Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo
en tabernáculo. 6 Por dondequiera que anduve con todo
Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los
cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué
no me edificáis una casa de cedro? 7 Por tanto, ahora
dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe
sobre mi pueblo Israel; 8y he estado contigo en todo
cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de
ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la
tierra. 9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo
Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más
removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,
10y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo
Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además,
que Jehová te edificará casa. 11Y cuando tus días sean
cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después
de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12El
me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. 13Yo
le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi
misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; 14sino
que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono
será firme para siempre. 15Conforme a todas estas
palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a
David. En la
declaración de este pacto Jehová se reserva el derecho de
interrumpir el actual reinado de los hijos de David si era necesario
el castigo, pero la perpetuidad del pacto no podía ser quebrantada. 2S. 7:14-15 14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y
si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con
azotes de hijos de hombres; 15 pero mi misericordia no se
apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante
de ti. Sal.
89:20-37 20 Hallé a
David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción.
21
Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá.
22
No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;
23
Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen.
24
Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder.
25
Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los ríos su diestra.
26
El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación.
27
Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra.
28
Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él.
29
Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos.
30
Si dejaren sus hijos mi ley,
Y no anduvieren en mis juicios,
31
Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos,
32
Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.
33
Más no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.
34
No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35
Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David.
36
Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.
37
Como la luna será firme para siempre,
Y como un testigo fiel en el cielo. Como el
pacto abrahámico garantizaba a Israel una identidad eterna como
nación. Jer. 31:36 36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová,
también la descendencia de Israel faltará para no ser nación
delante de mí eternamente. Y la
posesión eterna de la tierra. Gn. 13:15 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre. 1Cr.
16:15-18 15 El hace memoria
de su pacto perpetuamente, Y de la palabra que él mandó para mil generaciones;
16
Del pacto que concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac;
17
El cual confirmó a Jacob por estatuto, Y a Israel por pacto sempiterno,
18
Diciendo: A ti daré la tierra de Canaán,
Porción de tu heredad. Sal.
105:9-11 9 La
cual concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac.
10
La estableció a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno,
11
Diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán
Como porción de vuestra heredad. Así el
pacto davídico les garantizaba un trono eterno y un reino eterno. Dn. 7:14 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos
los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio
eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. Desde
el día en que el pacto fue establecido y confirmado por el
juramento de Jehová. Hch. 2:30 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento
Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne,
levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, Hasta
el nacimiento de Cristo, a David no le faltó un hijo que se sentase
en el trono. Jer. 33:21 21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo
David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi
pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. Y
Cristo el eterno Hijo de Dios e Hijo de David, siendo el justo
heredero de aquel trono y el Único que se sentaría en aquel trono,
completa el cumplimiento de esta promesa hecha a David de que un
hijo se sentaría en este trono para siempre. Lc. 1:31-33 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un
hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande,
y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el
trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. El
pacto davídico es el más importante en asegurar el reino milenial,
en el cual Cristo reinará sobre la tierra. David, resucitado,
reinará por debajo de Cristo como un príncipe sobre la casa de
Israel. Jer. 23:5-6 5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que
levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será
dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6 En sus
días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será
su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. Ez. 34:23-24 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las
apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será
por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo
David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. Ez. 37:24 El
pacto davídico no es cumplido por Cristo reinando en su trono en
los cielos, puesto que David nunca se ha sentado ni se sentará en
el trono del Padre. Es más bien un reino terrenal y un trono
terrenal. El pacto davídico es, por consiguiente, la clave del
programa profético de Dios que aún está por cumplirse. Mt. 25: 31 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos
los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de
gloria, 8.
El nuevo pacto, profetizado en el Antiguo Testamento y que
tendrá su cumplimiento primario en el reino milenial, es también
un pacto incondicional. Jer. 31:31-33 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los
cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé
su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos
invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después
de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la
escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me
serán por pueblo. Como lo
describe Jeremías, es un pacto hecho «con
la casa de Israel y con la casa de Judá» (v. 31). Es un nuevo
pacto en contraste con el pacto mosaico, el cual fue roto por Israel
(v. 32). En el pacto Dios promete: «Después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las
escribiré; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo» (v. 33). A causa de esta íntima y personal revelación
de Dios, y su voluntad para con su gente, continúa en Jeremías
31:34 para declarar: «y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano,
diciendo: Conoce a Jehová: porque todos me conocerán, desde el más
pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.» Este
pasaje anticipa las circunstancias ideales del reino milenial donde
Cristo reinará, y todos conocerán los hechos acerca de Jesucristo.
De acuerdo a ello, no será necesario para una persona evangelizar a
su vecino, porque los hechos acerca del Señor serán universalmente
conocidos. También será un período en el cual Dios perdonará el
pecado de Israel y les bendecirá abundantemente. Debería estar
claro, dada esta descripción de la promesa del pacto como se da en
Jeremías, que esto no se está cumpliendo hoy día, puesto que la
iglesia ha sido instruida para ir por todo el mundo y predicar el
evangelio a causa de que hay una casi universal ignorancia de la
verdad. Sin
embargo, dado que el Nuevo Testamento también relaciona a El
nuevo pacto garantiza todo lo que Dios se propone hacer para los
hombres en el terreno de la sangre de su Hijo. Esto puede verse en
dos aspectos: a)
Que
Él salvará, preservará y presentará en la gloria, conformados a
la imagen del Hijo Unigénito, a todos los que creen en el Señor
Jesús. El hecho de que sea necesario creer en Cristo para ser
salvo, no es una condición en este pacto. El acto de creer no es
una parte del pacto, sino más bien la base sobre la cual el
creyente es admitido para disfrutar de las bendiciones eternas que
el pacto ofrece. El pacto no es hecho con los no redimidos, sino con
los que creen, y promete que en favor de ellos estará la fidelidad
de Dios. «El que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo» (Fil. 1:6), y toda otra promesa semejante a ésta,
relacionada con el poder que Dios manifiesta en la salvación y
preservación de los suyos, es parte de este pacto de gracia. En la
presente edad no se tiene en vista para el hombre una salvación que
no garantice una perfecta preservación aquí en el mundo, y una
presentación final allá en la gloria, de todos los que son salvos
por la sangre de Cristo Jesús. Es posible que haya en la vida
diaria del hijo de Dios algún impedimento para su comunión con el
Padre; y como aconteció en el caso de David, el pecado del
cristiano puede hacer que Dios levante su mano para castigo del hijo
desobediente; pero estos asuntos que son propios de la experiencia
cotidiana del creyente, no llegan nunca a ser determinantes para
el cumplimiento de la promesa de Dios en lo que se refiere a la
eterna salvación de los que Él ha recibido en su gracia. Hay
quienes recalcan la importancia y el poder de la voluntad humana, y
declaran enfáticamente que la salvación y preservación deben
tener como condición la libre cooperación de la voluntad humana.
Esto puede ser razonable para la mente del hombre, pero no está de
acuerdo con la revelación que Dios nos ha dado en las Escrituras. En cada
caso Dios ha declarado incondicionalmente lo que Él hará en
favor de todos aquellos que confían en Él. Jn. 5:24 24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra,
y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas ha pasado de muerte a vida. Jn. 6:37 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a
mí viene, no le echo fuera.
Jn. 10:28 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni
nadie las arrebatará de mi mano. Esta es
en verdad una empresa enorme que necesariamente tiene que incluir el
dominio absoluto aun de los pensamientos e intentos del corazón
humano; pero, por así decirlo, esto no es más irrazonable que el
hecho de declarar a Noé que su descendencia seguiría los caminos
que Dios había decretado, o que el de prometer a Abraham que él
sería el progenitor de una nación grande y que de su simiente
nacería el Cristo. En cada
uno de estos casos tenemos la manifestación de la autoridad y del
poder soberano del Creador. Es vidente que Dios ha dejado lugar para
el libre ejercicio de la voluntad humana. Él ayuda a la voluntad de
los hombres, y los ya salvos son conscientes de que tanto su salvación
como su servicio están en completa armonía con la elección que
ellos mismos han hecho en lo más profundo de su ser. Se nos dice
que Dios gobierna la voluntad del hombre. Jn. 6:44 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió
no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Fil. 2:13 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer, por su buena voluntad. Pero al
mismo tiempo vemos que Él apela a la voluntad humana y hace que en
cierto sentido dependa de ella el disfrute de su divina bendición. Jn. 5:40 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Jn. 7:17 17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si
la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. Ro. 12:1 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 1Jn. 1:9 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Las
Escrituras hablan en forma incuestionable y enfática de la soberanía
de Dios. Él ha predestinado perfectamente lo que vendrá, y su
determinado propósito tendrá que realizarse; porque es imposible
que Él sea sorprendido o sufra alguna desilusión. De igual manera,
las Escrituras enfatizan que entre estos dos grandes aspectos de la
soberanía divina -el propósito eterno y la perfecta realización
del mismo- Él ha permitido suficiente lugar para cierto ejercicio
de la voluntad humana. Y al actuar de esta forma no está poniendo
en peligro, de ninguna manera, los fines que Él se ha propuesto
alcanzar. El tener sólo uno de los dos aspectos de esta verdad
puede guiarnos o bien al fatalismo, en el cual no hay lugar para
pedir en oración ni motivo alguno para buscar el amor de Dios, ni
base para la condenación de los pecadores, ni fundamento para la
invitación del Evangelio, ni significado para gran parte de las
Escrituras, o bien a la pretensión de querer desalojar a Dios de su
trono. Es razonable creer que la voluntad humana está bajo el
dominio de Dios; pero sería lo más irrazonable creer que la
soberanía de Dios está bajo el dominio de la voluntad humana. Los
que creen son salvos y seguros para siempre, porque así está
determinado en el pacto incondicional de Dios. b)
La
salvación futura de Israel es prometida en el nuevo pacto incondicional. Is. 27:9 9 De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de
Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando
haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y
no se levanten los símbolos de Asera ni las imágenes del sol. Ez. 37:23 23 Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus
abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas
sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán
por pueblo, y yo a ellos por Dios. Ro. 11:26-27 26
y
luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.
27
Y este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados. Esta
salvación se efectuará sobre la base única de la sangre que
Cristo derramó en la cruz. Por medio del sacrificio de su Hijo,
Dios es tan libre para salvar a una nación como lo es para salvar a
un individuo. Israel es representado por Cristo como un tesoro
escondido en el campo. El campo es el mundo. Y creemos fielmente que
fue Cristo quien vendió todo lo que Él tenía, a fin de poder
comprar el campo y poseer así el tesoro que allí estaba oculto. Mt. 13:44 44 Además, el reino de los cielos es semejante a un
tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde
de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra
aquel campo. En la
consideración de estos ocho grandes pactos nunca podrá decirse que
se está dando demasiado énfasis a la soberanía de Dios en relación
con los pactos incondicionales, o al absoluto fracaso humano
en lo que toca a los pactos condicionales. Y podemos estar
seguros de que todo lo que Dios se ha comprometido a hacer incondicionalmente
Él lo hará con toda la perfección de su infinito Ser. PREGUNTAS. 1. De
acuerdo a los pactos teológicos, ¿cuál es el propósito central
de Dios y cómo afecta a la historia? 2. ¿Cuál
es el pacto de las obras y cuál es su base escritural? 3. ¿Cuál
es el pacto de la redención y cuál es su base escritural? 4. ¿Cuál
es el pacto de la gracia y cuál es su base escritural? 5. ¿Cuál
es el problema originado por los pactos teológicos en relación al
plan de Dios para Israel, para 6. ¿Por
qué es preferible tener una visión de la historia a través de los
ocho pactos, más bien que desde el punto de vista de los pactos
teológicos? 7.
Distinguir los pactos condicionales, de los incondicionales. 8. ¿Qué
era el pacto edénico, y cuál fue el resultado del fracaso
bajo el mismo? 9. ¿Qué
era el pacto adánico, y hasta qué grado condiciona la vida
hoy día? 10. ¿Cuáles
eran las provisiones importantes del pacto de Noé, y hasta
qué grado continúa hoy? 11. ¿Qué
promesas se dieron al mundo entero en el pacto abrahámico? 12. ¿Qué
promesas se dieron concernientes a la nación de Israel en el pacto
abrahámico? 13. ¿Qué
promesas se dieron al mundo entero en el pacto abrahámico? 14. ¿En
qué sentido el pacto con Abraham era incondicional? 15. ¿Hasta
qué punto el pacto mosaico era condicional y temporal? 16. ¿Hasta
qué punto el pacto palestino era incondicional? 17. ¿Cómo
explica las cautividades asiria y babilónica y la
dispersión mundial de Israel a la vista del carácter incondicional
del pacto palestino? 18. ¿Cómo
podría resumir todas las provisiones del pacto palestino en relación
a la desobediencia de Israel, su recolección, restauración y seguridad
final en prosperidad como una nación? 19. ¿Qué
fue prometido incondicionalmente en el pacto davídico? 20. ¿Cómo
se relaciona el pacto davídico con el futuro reino milenial? 21. De
acuerdo al Antiguo Testamento, ¿qué se proveyó en el nuevo pacto
para Israel? 22. ¿Cuándo
será cumplido el nuevo pacto para Israel? 23. ¿Por
qué algunos han enseñado que el nuevo pacto tiene una aplicación
presente, y cómo puede ser explicado esto? 24. ¿Cómo
se relaciona el nuevo pacto con la seguridad de la salvación de los
creyentes? 25. ¿Cómo
se relaciona el nuevo pacto con la soberanía de Dios? 26. ¿Cómo
se relaciona el nuevo pacto con la futura salvación de Israel?
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