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  12. Machismo

Consejería Cristiana es una introducción a la consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las personas que buscan su ayuda.  Se estudia el comportamiento del hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la condición humana.  Esta matería representa una investigación del educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels.

Los micromachismos

Los micromachismos son un amplio abanico de maniobras que los varones realizan para intentar mantener el dominio sobre la mujer objeto de su maniobra, o para reafirmar o recuperar dicho dominio ante una mujer que se “rebela” a ocupar “su lugar”. Susi Pola nos cuenta lo que un experto dice al respecto.

El médico español Luis Bonino Méndez, especialista en masculinidad, llama micromachismo a las prácticas de dominación masculina cotidianas e imperceptibles que se dan en el orden de lo “micro”. Incluye en el neologismo la palabra “machismo”, porque alude en el lenguaje popular a una connotación negativa de los comportamientos de inferiorizacion hacia la mujer, que es lo que él trata de destacar con el término.

Los micromachismos son un amplio abanico de maniobras interpersonales que realizan los varones para intentar mantener el dominio sobre la mujer objeto de su maniobra; reafirmar o recuperar dicho dominio ante una mujer que se “rebela” a ocupar “su lugar” en el vínculo intergenérico y resistir al aumento de poder de la mujer con quien se vincula.

Son microabusos y minicroviolencias que atentan contra la autonomía personal de la mujer, a través de los cuales los hombres imponen sin consensuar su punto de vista o razón, actitud aprendida de memoria en su socialización, de manera efectiva porque tienen como aliados y validadores el orden social y la cultura que otorga el monopolio de la razón, del poder social y moral, sobre la compañera.

En su trabajo, Bonino dice que la ejecución de estos micromachismos brinda “ventajas”, algunas a corto, otras a largo plazo para los varones, pero ejercen efectos dañinos en las mujeres, las relaciones familiares y en ellos mismos, en tanto quedan atrapados en modos de relación que convierten a la mujer en adversaria, impiden el vinculo con una compañera y no aseguran el afecto (ya que el dominio y el control exitoso sólo garantizan obediencia y generan resentimientos).

Para mejor evidenciar estas prácticas, el especialista español los clasifica en tres categorías: los micromachismos coercitivos (o directos), los encubiertos (de control oculto o indirecto) y los de crisis, las que describe de la siguiente manera:

En los “coercitivos”, el varón usa la fuerza moral, psíquica, económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar y/o anular a la mujer, quitándole toda razón. Como ejemplos, la intimidación, toma repentina del mando, apelación al argumento “lógico” de su poder, agobio a la víctima, insistencia abusiva, control del dinero, uso expansivo del espacio físico, entre otros.

En los micromachismos “encubiertos”, el varón oculta su objetivo de dominio y a partir de maniobras sutiles que pasan desapercibidas, impiden el pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere y conduciéndola en la dirección elegida por el varón; tienen todas las características de lo que el psicoanálisis llama “mecanismos psicopáticos”. Como ejemplos, los requerimientos abusivos solapados; maniobras de explotación emocional; culpabilización del placer que la mujer siente; enfurruñamiento; acusación culposa y maniobras de desautorización, entre otras.

Los micromachismos de “crisis”, suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en el estable desbalance de poder en las relaciones, tales como aumento del poder personal de la mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del varón por razones físicas o laborales. El varón, al sentirse perjudicado, puede utilizar estas maniobras o utilizar las definidas anteriormente, aumentando su cantidad o su intensidad con el fin de restablecer el status quo.

Finalmente, el doctor Bonino M. dice estar convencido de que el abordaje de la violencia masculina no puede centrarse sólo en sus formas extremas, sino que debe incluir los micromachismos, de lo contrario, la masculinidad se mantendrá peligrosamente violenta.

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Las pequeñas violencias domésticas

Cuando un hombre dice: "no, yo no soy machista, si yo ayudo a mi mujer" puede ser cierto, a grandes rasgos. Pero ya el hecho mismo de decir "ayudo a mi mujer", está significando que él no asume la responsabilidad final sobre las acciones, lo cual, por supuesto, es mucho más cómodo. Un ejemplo de las pequeñas maniobras cotidianas de poder, o "micromachismos".

En los últimos tiempos, los periódicos abundan en noticias sobre casos de violencia doméstica en los que las víctimas, por lo general, son las mujeres. Historias dramáticas de agresiones por parte del esposo o el compañero, con golpes, palizas y escenas de violencia que las mujeres aguantan durante años y que, en muchos casos,  tienen un desenlace fatal.

En España, por ejemplo, decenas de mujeres mueren cada año asesinadas por su pareja. Los esfuerzos de las organizaciones defensoras de los derechos de la mujer, hasta el momento, no parecen haber tenido mucho efecto en este aspecto de la desigualdad de poder entre los sexos. En realidad, podría ser que justamente la emancipación de la mujer provoque un malestar en algunos hombres que aumente justamente las reacciones violentas.

Sin embargo, este abuso del poder se manifiesta de maneras muy diversas en la cotidianeidad, maneras mucho más sutiles pero muy incisivas.

Según el psicoterapeuta argentino Luis Bonino, especializado en la problemática masculina de género y en las relaciones de pareja, el ejercicio de la violencia se manifiesta en cualquier conducta de abuso hacia la otra persona que le impida ser respetada y ejercer su autonomía. Esto, en realidad, podría ser la definición de violencia. El Dr. Bonino ha detectado y enumerado una serie de maniobras que suelen hacer los hombres, pequeñas, cotidianas, que tienen que ver con maniobras de dominio: el control del tiempo, el control del dinero, insistir en que lo que ellos dicen es lo que vale y que lo que dice la mujer no tiene mucho valor, el desprestigio de la opinión de la mujer, descalificándola cuando piensa diferente al hombre, etc. Todas estas son maniobras que él llama "micromachismos".

En el ámbito doméstico, las maniobras muy frecuentes son aquellas por omisión: es decir, precisamente lo que no hacen, y que, por lo tanto, debe hacer la mujer. Esta es la tan conocida "doble jornada" o sobrecarga que tienen que cumplir las mujeres que trabajan también fuera del hogar.

¿Qué sucede? Según el dr. Bonino, en el tema de la doble jornada lo que no se dice es que la producen también los hombres: si ellos no colaboran - en el sentido de CO-LABORAR - no de ayudar, o sea, en el sentido de no hacer su parte en la casa, están sobrecargando a la mujer. Cuando no hay hijos no es tan problemático, pero si los hay, lo que no hace el hombre lo tiene que hacer la mujer. Esa es una maniobra masculina de dejadez,  de comodidad. Y por lo tanto eso recarga a la mujer, es una maniobra de abuso hacia la mujer.

Esto es algo que está muy extendido. Lo que pasa es que, justamente como en los últimos tiempos violencia y abuso están asociadas a esas grandes cosas dramáticas que aparecen en los periódicos, todas esas maniobras cotidianas no se tienen en cuenta.

El Dr. Bonino trabaja con parejas en su consulta de psicoterapia, y ha elaborado una lista de más de 50 ejemplos de "micromachismos", término con el que define a las microprácticas de abuso ejercidas por los varones y que, ya difuminadas  en lo cotidiano, minan lentamente la autonomía de las mujeres.

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La mente del abusador

La gente abusiva típicamente piensa que son muy especiales, realmente tan diferentes de otra gente que no tienen que seguir las mismas reglas que todos. Pero en lugar de ser especiales, los abusadores tienen mucho en común uno con otro, incluyendo los diseños de pensamiento y comportamiento. Las siguientes son algunas de sus características:

Haciendo excusas

En lugar de aceptar responsabilidad por sus acciones, el abusador trata de justificar su comportamiento con excusas. Por ejemplo: "Mis padres nunca me amaron" o "Mis padres me golpeaban" o "Tuve un mal día, y cuando entré y vi este cochinero, perdí el control" o "No podía dejarla que me hablara de ese modo. No había otra cosa que hacer."

Culpando

El abusador pasa la responsabilidad por sus acciones a otros, ésto le permite enojarse con la otra persona por "causar" su comportamiento. Por ejemplo: "Si no te metieras cuando estoy disciplinando a los niños, no les pegaría."

Redefiniendo

En una variación de la táctica de culpar, el abusador redefine la situación para que el problema no esté en él sino en otros o con el mundo en general. Por ejemplo, el abusador no llega a comer a las 6 p.m. como dijo; llega a las 4 a.m. El dice, "Eres una cocinera terrible. ¿Por qué tengo que venir a comer éso? Te apuesto que ni los niños comieron."

Fantasías de éxito

El abusador cree que sería rico, famoso, o extremadamente exitoso en otros términos si solamente otra gente no lo estuviera deteniendo. El que ellos estorben lo hace sentir justificado para desquitarse, incluyendo a través del abuso. El abusador también insulta a otra gente verbalmente para sentirse mejor.

Mintiendo

El abusador controla la situación por medio de mentir para controlar la información disponible. El abusador también puede usar el mentir para mantener a otra gente, incluyendo a su víctima, psicológicamente desequilibradas. Por ejemplo, trata de aparentar que está diciendo la verdad cuando miente, trata de aparentar estar mintiendo cuando dice la verdad, y algunas veces se expone a sí mismo con una mentira obvia.

Asumiendo

La gente abusiva a menudo asumen que ellos saben lo que otros están pensando o sintiendo. Esto les permite justificar su comportamiento porque ellos "saben" lo que otra persona pensaría o haría en cierta situación. Por ejemplo, "Yo sabía que te ibas a enojar porque fui a tomar una cerveza después del trabajo, así que decidí tardarme para disfrutar mejor."

Más allá de las reglas

Como se mencionó antes, un abusador generalmente cree que es mejor que otra gente y no tiene que seguir las mismas reglas que la gente común. Esa actitud es típica de criminales sentenciados también. Cada preso en una cárcel típicamente cree que mientras que los otros presos son criminales, él no lo es. Un abusador muestra que piensa que está más allá de las reglas cuando dice, por ejemplo: "No necesito consejo. Nadie sabe tanto de mi vida como yo. Puedo manejar mi vida sin ayuda de nadie."

Haciendo tontos a otros

El abusador combina tácticas para manipular a otros. Las tácticas incluyen mentir, alterando a la otra persona solo para observar sus reacciones, y provocando peleas entre otros. O, puede tratar de encantar a la persona que quiere manipular, fingiendo interés o preocupación por esa persona para estar en su lado bueno.

Fragmentación

El abusador usualmente mantiene su comportamientio abusivo separado del resto de su vida. La separación es fisica; por ejemplo, él golpea a miembros de la familia pero no a personas fuera del hogar. La separación es psicológica; por ejemplo, el abusador va a la iglesia el Domingo por la mañana y golpea a su esposa el Domingo por la noche. No ve ninguna inconsistencia en su comportamiento y cree que está justificado.

Minimizando

El abusador evita la responsabilidad de sus acciones tratando de hacer que éstas tengan la apariencia de no ser tan importantes. Por ejemplo, "No te pegué muy recio" o "Nada más le pegué a uno de los niños, les podría haber pegado a todos."

Vaguedad

Pensando y hablando con vaguedad o sea no claramente, permite que el abusador evite la responsabilidad. Por ejemplo, "Llegué tarde porque tenía algunas cosas que hacer en rumbo a casa."

Ira

Las personas abusadoras de hecho no están más enojadas o sienten más ira que otros. Sin embargo, ellos deliberadamente usan su ira para controlar las situaciones y gentes. Por ejemplo: "Cállate o te rompo el pescuezo." La ira es una arma muy efectiva que usan los golpeadores.

Juegos de poder

El abusador usa varias tácticas para vencer la resistencia de su abuso. Por ejemplo, se sale del cuarto cuando la víctima está hablando, o grita más fuerte que ella, u organiza a otros miembros de la familia o conocidos que se pongan en contra de la víctima despreciándola o criticándola.

Haciéndose la víctima

Ocasionalmente el abusador finge estar indefenso o actuará como que alguien lo está persiguiendo para manipular a otros para que le ayuden. El abusador piensa que si no consigue lo que quiere, él es la víctima; y usa el disfraz de víctima para vengarse o hacer que otros parezcan tontos. Drama y emoción: Los abusadores a menudo tienen problemas en experimentar relaciones íntimas o satisfactorias con otra gente. Ellos substituyen esta intimidad con drama y emoción. Los abusadores sienten gran emoción a ver que otros se enojen, peleen, o estén en un estado de desorientación. Con frecuencia ellos usan una combinación de los hechos antes descritos para crear una situación dramática y emocionante.

Canal cerrado

El abusador no dice mucho en cuanto a sí mismo y sus verdaderos sentimientos. No está abierto a nueva información acerca de sí mismo, tampoco a opiniones de como otros lo ven. Es secretivo, con la mente cerrada y justo a sus propios ojos. El cree que tiene la razón en todas las situaciones.

Propiedad

El abusador típicamente es muy posesivo. Además, cree que todo lo que quiere debería ser suyo, y que puede hacer lo que quiera con lo que es suyo. Esa actitud la aplica a gente y a posesiones. Justifica el que controle el comportamiento de otros, lastimándolos físicamente y tomando las cosas que les pertenecen.

Auto-glorificación

El abusador usualmente piensa que es fuerte, superior, independiente, auto-suficiente y muy masculino. Su imagen del hombre ideal es a menudo un vaquero, aventurero o pirata. Cuando alguien dice o hace cualquier cosa que no le quede a su imagen glorificada, el abusador lo considera un insulto.

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http://www.mujereshoy.com/secciones/457.shtml

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http://www.rnw.nl/informarn/html/soc000501_micromachismo.html

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http://www.mvwcs.com/s_mindabuser.html

 

 
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