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Seminario Reina Valera
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6. Perdón![]() Consejería Cristiana es una introducción a la consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la condición humana. Esta matería representa una investigación del educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. Soltando las heridas
Propósito: INTRODUCCION.
1. ¿CÓMO SE ORIGINA LA AMARGURA? En una ocasión, el apóstol Pedro, le preguntó a Jesús: ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aún hasta 70 veces siete (Mateo 18: 21-22) El apóstol San Pablo escribió en su epístola a los cristianos de feso, lo siguiente: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, calumnias y toda malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo (Efesios 4:31-32) Un comentario adicional: De acuerdo con el mandato del apóstol,
el vivir la vida cristiana no consiste únicamente en observar una
lista de prohibiciones, sino también en cultivar virtudes
positivas. En el griego, la traducción mas acertada para la
palabra sean es: Sigan demostrando ser benignos o bondadosos.
Misericordiosos, significa: De corazón tierno. Perdónense
mutuamente: La única manera de perdonar es por medio del perdón
que nosotros mismos hemos recibido ya de Cristo. Sí hemos
recibido el perdón, también debemos darlo a los que nos ofenden.
2. LAS CONSECUENCIAS DE LA AMARGURA. El rechazo es una forma de odio. Cuando una persona rompe una relación está eligiendo odiar. Cuando hay odio, las tinieblas llegan y el rumbo se pierde. Se pierde la perspectiva de la vida y todas las relaciones son distorsionadas. Su juicio se vuelve defectuoso La ruptura de relaciones lleva a la persona a ser insensible. Nadie puede sobrellevar la carga de relaciones destruidas sin llegar a endurecerse. La dureza empieza a invadir el alma. La persona se vuelve inconsciente de las heridas que pueda estar causando a los demás, a través de palabras, acciones y actitudes. La persona encerrada en sí misma, la influyen sentimientos egocéntricos y no considera los sentimientos y necesidades de otros. Este endurecimiento del alma lleva a la persona a perder la capacidad de sentir y el alma que no siente está muerta. La destrucción de relaciones causa inmadurez. La madurez emocional se obtiene con base en la interacción sana con otros individuos y se ve detenida u obstaculizada en su desarrollo, cuando nos negamos a mantener relaciones sanas. En otras palabras, una persona aislada, no madura. La amargura es
veneno para el alma y la consecuencia más grave es que nos separa
de Dios. Esta advertencia quedó clara de parte del autor de la
epístola a los Hebreos: Mirad bien, no sea que alguno deje de
alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura,
os estorbe, y por ella, muchos sean contaminados (Hebreos 12:15).
3. SOLTANDO LAS HERIDAS. Así pasaban los días y las semanas y los meses hasta que, de pronto, aparecieron los nubarrones en ambos hogares. Un buen día, Juan le pidió el divorcio a Lupita, y a su vez, Elena a José Luis, anunciándoles que estaban enamorados desde hacía un buen tiempo y que lo habían comprobado; que ambos eran correspondidos; Que habían platicado en varias ocasiones y habían acordado pedirles el divorcio a ella y a José Luis para casarse. El divorcio se llevó a cabo y en un momento, los dos hogares quedaron destruidos. Lupita y José Luis se quedaron con los niños. Sus mejores amigos los habían traicionado y ambos quedaron con una herida tan profunda que parecía nunca lo podrían superar. La reacción natural de ambos fue buscar la venganza, llenos de odio y amargura, pero Lupita, después de un tiempo de intenso dolor, descubrió la libertad de vivir sin heridas ni resentimiento. ¿Cómo hubiéramos reaccionado cada uno de nosotros ante una situación similar con nuestra pareja? Seguramente de la misma manera: Con el odio y el desprecio en primero lugar; el resentimiento y la amargura, después. Antes de explicar lo que hizo Lupita, quisiera repasar algunos
versículos del Libro de los Proverbios del Rey Salomón, capítulo
16: Con misericordia y verdad, se corrige el pecado (Verso 6)
Cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, aún a sus
enemigos hace estar en paz con él (Verso 7) Antes del
quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de
espíritu (Verso 18) Mejor es humillar el espíritu con los
humildes que repartir despojos con los soberbios (Verso 19) Hay
camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de
muerte (Verso 25) En este capítulo, el Rey Salomón instó a
entender que la verdadera libertad es posible solo dentro de la
esfera de una vida centrada en Dios, para lo cual l nos creó. Por
contra, la esclavitud viene ineludiblemente a todo aquel que
ignora de verdad de Dios. La esclavitud llega cuando nos dejamos
gobernar por la rebeldía, el orgullo, la arrogancia, los pleitos,
y los conflictos maliciosos. Por todo esto, Jesús dejó estipulado
que el vino a darnos la libertad que todo ser humano necesita.
Lupita aprendió a perdonar, José Luis, no. Lupita decidió acercarse a Dios, José Luis culpó a Dios. Lupita vino a Jesús con un corazón humilde a pedir Su ayuda; José Luis endureció su corazón y le reclamó a Dios, con soberbia, como sí Dios tuviera la culpa de lo sucedido. Lupita perdonó y el Señor la liberó de toda clase de resentimientos y amargura. José Luis, amargó su vida con el deseo de venganza, lacerando su corazón. 4. UN PASAJE BIBLICO QUE NOS PUEDE AYUDAR. La continuación del pasaje que ya mencionamos, cuando Pedro pregunta a Jesús hasta cuantas veces debe perdonar, es el siguiente: Por eso, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al comenzar a hacerlo, se le presentó uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con que pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey y le rogó: Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo. Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo al que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró por el cuello y empezó a estrangularlo, diciéndole: !Págame lo que me debes! El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó diciéndole: Ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo. Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: !Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tu también debiste tener compasión de tu compañero, del modo que yo tuve compasión de ti. Y tanto se enojó el rey que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía. Y Jesús añadió: Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano (Mateo 18:23-35) En este pasaje hay algunas palabras clave: Le perdonó la deuda y lo puso en libertad. La palabra perdón en el griego, tiene un significado literal de dejar ir, remitir, cancelar. La palabra libertad, en griego también significa: Soltar, descargar a alguien de algo. Y estas palabras nos llevan a los pasos que tenemos que dar para despojarnos de las heridas, el resentimiento y la amargura: Perdona las ofensas recibidas. (Padre nuestro). El perdón libera al ofensor de todo lo que debe. El amor cristiano manifestado, libera a la persona ofendida del peso del dolor. El verdadero cristiano (hijo de Dios), sabe que perdonar es la voluntad de Dios y sabe que sí lo pide, Dios lo llenará de Su amor para que pueda compartirlo con el ofensor. Cuando no perdonamos, liberamos la acción del tormento y comenzamos a ser atormentados. El tormento es la amargura por no perdonar, el resentimiento que nos azota, la falta de sueño, el odio, el desajuste físico, y sobre todo, la falta de comunión con Dios. Mientras nos mantengamos sujetos a las heridas que otros nos causaron, permaneceremos sujetos al pasado. No tenemos la libertad para vivir en el presente. La amargura del pasado, influye en las relaciones del presente. Al retener el pecado de la otra persona, nos hacemos semejantes a ella. Libera o suelta a la(s) persona(s) que te haya(n) ofendido de
toda responsabilidad y obligaciones de las que crees tener
derecho. Al perdonar estamos desatando al ofensor. Esta es la
llave para tu libertad, de lo contrario permanecerás atado a él.
Cada que lo veas o te enfrentes con él o sepas algo de él, el
odio, el rencor y el resentimiento aparecerán y estarás preso,
atado a él y no tendrás la libertad que todo ser humano necesita
para ver la vida con esperanza y amor. Sí no concedemos la
libertad o soltamos al ofensor, estaremos frenando la obra de
Dios en nosotros porque no estamos listos para continuar en el
desarrollo de la vida cristiana. Estamos frenando a Dios, el
tampoco nos podrá conceder el perdón que necesitamos para sentir
y experimentar la verdadera libertad. Recuerda: ¡Libera y perdona
a quien te ha ofendido, y Dios te liberará de la herida! Sí no lo
haces, estarás preso en tu pecado.
ORACION. Terapia del olvido
Haciendo las paces con el pasado"Nunca antes había sentido un dolor tan tremendo", dice Arlene Locicero. En 1993 Arlene y su esposo Jack perdieron a su hija Amy, de 27 años, en una tragedia que captó la atención de toda la prensa. Seis pasajeros muertos y otros heridos, al regresar a sus hogares después del trabajo, en el comúnmente apacible tren suburbano de Long Island, Nueva York. La familia decidió donar los órganos de Amy. Se han mantenido en contacto con las familias de las otras víctimas. Y hasta rezan por el asesino. Y cuando llegó el primer Domingo de Pascua sin Amy, la Sra. Locicero recordó el día santo, que es "acerca de sobreponernos a la muerte, de celebrar la resurrección, y a comenzar de nuevo". El asesinato de un ser querido es terrible. Pero infortunios más comunes como una grave enfermedad, un divorcio o un desastre causado por la naturaleza pueden también provocar un gran sufrimiento. Las personas que han sufrido un daño muy doloroso÷o que han causado dolor a otros y ahora se sienten culpables se dan cuenta de que hacer las paces con el pasado es un verdadero desafío. Sin embargo es algo que debemos enfrentar, si queremos vivir cada día en toda su plenitud, como Dios lo espera. Albert Haase, declara, "Muchos afirman que arrastrar el pasado no tiene sentido y es una pérdida de tiempo sobre cosas que es mejor olvidar". "Pero las heridas emocionales son como las heridas físicas. Si no se las cura, si se las abandona, se infectan. La herida debe traerse a la luz y ser tratada. Albert Haase habla por propia experiencia. Después del suicidio de su padre, ambos lados de la familia no se hablaron durante años, hasta que finalmente se reconciliaron. Que la paz de Cristo reine en sus
corazones; El desafío del perdón Puede usted perdonar? Puede perdonar al hijo desagradecido, al amigo que traiciona la confianza, al vecino que desparrama chismes dañinos? Pueden perdonar los esposos, que se critican constantement el uno al otro frente a los demás? Perdonar no es fácil. Perdonar es "dar cuando uno todavía está lastimado, y sangrando por dentro", dice la escritora y teóloga Doris Donnelly. Y agrega, "enfrentar los sentimientos lastimados ayuda, confiando en el Señor·y en que cuando uno llegue al fondo será bendecido con el don del perdón".
En la práctica de su profesión, el psiquiatra Leonard Felder encuentra que "muchos esposos y esposas tienen dificultad en saber cuándo y cómo disculparse". Sin embargo, el Dr. Felder piensa que el perdón es posible en la mayoría de las relaciones. Y nos cuenta de una pareja con 10 años de matrimonio y dos hijos. Hace tres años atrás la esposa se enteró de que su marido tenía relaciones con su ex-secretaria. El le pidió a su esposa que lo perdonara, y prometió serle fiel. La esposa aún está resentida, pero están haciendo un esfuerzo para comunicarse y recuperar la confianza, y tratar de resolver los problemas. "Ahora que lo veo tomando nuestro matrimonio, y a nuestros hijos, en serio, me siento mejor perdonándolo". Pero el Dr. Felder también nota que "en algunos matrimonios es inapropiado, y hasta peligroso, perdonar ciertos tipos de comportamientos crónicos y dañinos. Si uno de los dos es abusivo ö emocional o físicamente ö quizás usted necesite la ayuda de un consejero o de alguna organización de ayuda a la familia". Y por otra parte, en algunas situaciones, hacer las paces no significa "confesarlo todo" si es que va a lastimar aún más. Se necesita usar buen juicio, y quizás hasta asesoramiento competente. Si ustedes perdonan las ofensas de
los hombres, también Miremos hacia adelante Cada ser humano lucha con los problemas de la vida a su manera. Sin embargo, no hay nadie que no aprenda de la experiencia de los demás. Veamos cómo algunos hacen lo mejor posible para encontrar la paz del Señor. Enfoque hacia el futuro En su primer año de universidad, Shawn Huff recibió un premio que se da a deportistas que han vencido la adversidad. Shawn había recorrido un largo camino desde su infancia dañada con abuso físico y emocional, que lo dejaron con un ojo artificial, parcialmente sordo y lleno de una rabia que muchas veces lo llevó al desenfreno. Separado de su madre alcohólica, cuando Shawn era un bebé, fue enviado a tres familias temporarias consecutivamente, que resultaron ser terriblemente abusivas. Hasta que finalmente una familia muy cariñosa lo adoptó. Shawn se preguntó muchas veces, "Por qué me tuvo que pasar esto a mí?" Pero dice que también pensó, "Por qué fui adoptado por una familia tan maravillosa?" "Y en mi mente, la respuesta fue: Dios me condujo a través de todo esto, para que pudiera ayudar a otros con mi experiencia". Y, precisamente, ya comenzó dando charlas sobre el abuso a niños, y también dedicando tiempo a jóvenes con necesidades especiales. Comparta con los demás Nita Pippins ha trabajado como voluntaria en Miracle House (La Casa del Milagro) en Manhattan desde que abrieron las puertas en 1991. Esta organización alquila apartamentos económicos a personas de afuera de Nueva York, que son familiares de enfermos de SIDA. "Tratamos de hacerles la estadía lo más placentera posible", dice Nita Pippins. "Es un lugar donde la gente que los rodea tiene problemas similares". Ella sabe bien cuán importante puede ser una cara amistosa al recién llegado a una gran ciudad. Hace unos pocos años atrás, ella recién llegaba a Nueva York, para atender a su hijo que luego falleció de SIDA. Diga "No" a lo negativo Muchos deportistas profesionales juegan con dolor en el cuerpo, y conocen el riesgo que las heridas representan en sus carreras profesionales. Y saben también de la importancia que tiene una actitud positiva. Y eso Don Mattingly lo sabe muy bien. Después de varias lesiones, una herida más lo dejó incapacitado, sin embargo el magnífico jugador de béisbol de los New York Yankees se recuperó y su actitud positiva permaneció intacta. "Todo es nuevo", afirma Mattingly. "Todo es nuevo. El año pasado ya pasó debo enfrentar el desafío de cada día. Si uno se deja estar en el pasado, pues está derrotado".
Vaya más allá de la amargura Cuando sus padres se divorciaron, Erin Feenstra de 15 años de edad se apoyó en otras personas. Y recibió ayuda especial de un consejero de su parroquia, quien la escuchó y rezó con los demás adolescentes. "La oración que más recuerdo es la que pedía por mi corazón ö que se cure y que no guarde rencor contra los padres". Seamos lo mejor que podamos ser Shenikwa Cox parecía que lo tenía todo: padres cariñosos, talento como bailarina clásica, belleza reconocida en concursos, y la inteligencia para haber sido aceptada en la facultad de derecho. Pero en el verano de 1983, cuando iba en el auto que manejaba una amiga, tuvieron un terrible accidente. Su columna vertebral fue quebrada y Shenikwa quedó paralizada. "Terrible como fue el accidente, físicamente", dice Shenikwa, "fue aún más doloroso emocionalmente". Su novio de mucho tiempo la dejó, y la joven se apartó de todas las cosas que le traían recuerdos de un pasado feliz. Pero al final decidió que "si debo estar en esta silla de ruedas, voy a ser la mejor persona que pueda ser". Aprendió a manejar un auto con controles manuales y completó su carrera de leyes. Y en 1990 se casó. "Finalmente estoy en paz", dice Shenikwa Cox. "Aprendí que, sí, es posible encontrar nuevos sueños, cuando los anteriores han desaparecido. Tengo algunos recuerdos maravillosos, pero estoy agradecida por vivir en la realidad de hoy". Nos vienen pruebas de toda clase,
pero no nos desanimamos. Andamos con graves preocupaciones, pero no
desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no
aplastados. Asuma la responsabilidad "Es sólo cuando tomamos conciencia del correr del tiempo que las consecuencias de nuestras acciones÷sea consumiendo drogas o abandonando los estudios÷toman una nueva perspectiva", dice Lynn V. Cheney en La Importancia de las Historias (The Importance of Stories). "Es sólo cuando adquirimos una perspectiva de nuestra vida que los verdaderos motivos entran en juego". Jacobo Martinez está de acuerdo. De 24 años de edad y en prisión, creció en una familia de drogadictos y alcohólicos. Y él mismo se tornó en drogadicto. "Un muchacho en la escuela me presentó a traficantes de drogas, y me enseñó cómo conseguir dinero para comprar drogas. Sin pensar en las consecuencias, empecé a robar en las casas y luego con armas de fuego. Recién cuando fui encarcelado, por homicidio involuntario, es que me detuve a pensar en la destrucción y el dolor, y vi que no había hecho nada con mi vida". Actualmente, Jacobo Martinez asiste a las reuniones de Alcohólicos Anónimos y Drogadictos Anónimos. Participa activamente en el apostolado de la prisión, toma clases, y sirve como tutor a otros detenidos. Y, lo más importante, dice Jacobo, "Tengo presente las consecuencias. Pienso antes de actuar. Los drogadictos primero actúan, y luego piensan". Si confesamos nuestros pecados, él,
por ser fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados, y nos limpiará
de toda maldad. Haga las paces con usted mismo "La psicología me dió las herramientas necesarias para sanar mi psiquis herida, pero el cristianismo me dio una razón para atravezar el dolor y la lucha", escribe Philip St. Romain en la revista Liguorian. Dice que la psicología enseña la importancia del valor de sí mismo y del amor por sí mismo, los cuales refuerzan el mensaje espiritual de amar a Dios y al prójimo como a sí mismo. Dice St. Romain, "Me dí cuenta de que el amor por mí mismo era una forma de agradecer a Dios por la vida que me dio. ÀCómo puedo rechazarme a mí mismo, si un Dios bueno y lleno de amor me ha creado?" Un mensaje que mucha gente necesita oír. Cuando Sarah tenía 24 años, y era madre de tres niños, quedó embarazada una vez más. Pero esta vez, confiando en que salvaría su matrimonio en problemas, se hizo un aborto. Y durante los siguientes diez años, vivió con vergüenza y temor de Dios. Hasta que finalmente se decidió a buscar ayuda profesional. Sarah fue referida al Rolando Rivard, consejero de un programa que ayuda a mujeres angustiadas después de un aborto. "Lo primero que le dije fue lo que ocurrió y lo que pasé. Y cómo sentía que Dios me estaba castigando, y lo primero que Rolando Rivard me dijo fue, ÎSarah, usted necesita perdonarse a sí misma. Dios ya la perdonó hace tiempo".
La vida de cada ser humano tiene su porción de dolor. Pero no es necesario acarrear, solos, cargas emocionales y espirituales por el resto de nuestras vidas. Trátese a sí mismo con delicadeza y respeto. Apóyese en un Dios lleno de amor, para recibir valor y confianza. Busque compartir con los demás÷encuentre a alguien que lo escuche, y a alguien a quien usted pueda escuchar. Todos los días, la gente hace las paces con el pasado, consigo mismos, y con los demás. A través de la gracia de Dios, y de sus propios esfuerzos, usted puede conocer el regocijo de hoy y la esperanza del mañana. Tranquila y en silencio he mantenido
mi alma, como un niño en los brazos de su madre. Como un niño que han
alimentado, así esta mi alma en mí.
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