Consejería
Cristiana es una introducción a la
consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las
personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del
hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la
condición humana. Esta matería representa una investigación del
educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto
Abels.
La
comunicación y la incomunicación en el matrimonio
¿Es posible lograr la
verdadera unidad de la pareja dentro del matrimonio?
Esta es una pregunta que nos
hacemos con mucha frecuencia quienes llevamos trabajando desde hace
algún tiempo en pastoral familiar o quienes se han especializado en
asuntos de familia.
Y creemos que no es tan difícil la respuesta para quienes creemos
firmemente en el matrimonio y luchamos por favorecerlo del ataque
inclemente que sufre por parte de quienes convierten en ídolos el
poder, la riqueza y el sexo como fundamento único de la existencia
humana; como los medios masivos de comunicación que contribuyen con
sus mensajes a propagar el divorcio, la infidelidad conyugal, el
aborto o la no concepción, la aceptación del amor libre, la
promiscuidad y por supuesto las relaciones prematrimoniales.
Mucha gente se extraña hoy ante una pareja que se siente feliz y
realizada a través de su vida matrimonial pero más extrañada aún, se
manifiestan si la pareja lleva muchos años de matrimonio.
En cambio, no les parece raro encontrarse con parejas de seis meses o
un año de casados, en vías de separación. Lo juzgan como algo natural
por la frecuencia con la que ocurre; ni siquiera se cuestionan en qué
es lo que está sucediendo.
Pero quienes estamos interesados verdaderamente por encontrar
soluciones a este problema (que afecta directamente las entrañas de la
misma sociedad y contribuye cada día a su mas grande deterioro),
estamos tratando de ahondar en las causas de las separaciones tan
tempranas hoy en día.
Además de todas las influencias externas de que hablábamos al
principio, también hemos encontrado que la falta de COMUNICACIÓN está
incidiendo con mucha fuerza.
La comunicación es el fundamento de toda la vida social. Si ésta se
suprime en un grupo, éste como tal dejará de existir. Con mayor razón
dentro de la relación conyugal. Si los esposos no se comunican,
forzosamente deja de haber relación.
La fantasía del noviazgo
Surge entonces la pregunta: qué pasó con los jóvenes esposos que tanto
se amaban cuando eran novios?.
Si bien es cierto que durante la época de noviazgo se dieron en parte
las condiciones para que la pareja se enamorara, al llegar al
matrimonio, una vez " conquistados" se descuidaron elementos que un
día permitieron que se fijaran el uno en el otro.
El noviazgo es una época de intenso romance que indudablemente
favorece la comunicación tanto verbal como no verbal.
Los enamorados se manifiestan continuamente que se aman. Comparten
sueños, esperanzas, ilusiones, se ponen metas y porqué no decirlo
comparten también preocupaciones, tristezas y frustraciones. Se saben
interpretar los silencios y caras largas, que con una flor o un
chocolate, surge nuevamente la mas alegre de las miradas; porque el
corazón enamorado busca la felicidad del ser que ama.
Recientemente en un curso de preparación para el matrimonio se le
preguntaba a una pareja de novios: " han hablado de sus diferencias ,
de sus gustos, de sus cualidades y sus defectos ?’ " Todo nos lo hemos
dicho" fue la respuesta . "Y qué cualidad te atrae más de tu novia? ,
preguntaban al muchacho y la respuesta fue : "TODO".
Y al preguntársele por el defecto que mas le disgustaba, su respuesta
fue: " NINGUNO".
Este tipo de respuestas nos hizo profundizar un poco más para indagar
qué sucedía al llegar al matrimonio.
Este lenguaje absoluto de los enamorados es síntoma claro de la falta
de objetividad que hay en el romance. Con razón se dice que "el amor
es ciego pero los vecinos no.".
Y esta falta de objetividad que crea falsas expectativas en los
enamorados, es la que causa al llegar al matrimonio, las crisis mas
grandes en la comunicación. Porque al llegar al matrimonio, se dan
cuenta que la realidad es otra. Ni uno ni otro son tan virtuosos como
para decir " Todo me gusta de él o de ella " o "Nada me molesta" .
Cuando empiezan a faltar el botón en la camisa, o la llegada tarde, o
los malos genios, o la ropa tirada, o la crema dental destapada, para
añadir a la lista las angustias por el pago del arriendo o la deuda y
la plata no alcanza, o la pelea porque hoy no quiero visitar a tu
familia, o me molestan tu grupito de amigos etc....
Todo esto contribuye a que la comunicación empiece a descender de
nivel. Empiezan a fastidiarse por todo. El lenguaje absoluto que se
utilizó durante el romance surge nuevamente pero invertido. Si se le
pregunta a un esposo desilusionado de su matrimonio : "Que te gusta
mas de tu esposa? " . Casi con seguridad la respuesta será "NADA". Y
que te molesta? Responderá "TODO".
En una oportunidad el consejero matrimonial le preguntaba a un joven
que se estaba separando de su esposa" qué fue lo que te enamoró de
fulanita? Respondió: "Su alegría , su orden y su franqueza" . Y por
qué te vas a separar? "por su alegría , su orden y su franqueza ",
fueron las respuestas.
La incomunicación y sus efectos
¿En donde entonces se rompió el hilo que los mantenía unidos?
En la deficiente comunicación que practican. Cuando no se le reconoce
al otro sus propios valores y no buscar los momentos oportunos para
decirse las cosas; y en lugar de una comunicación respetuosa, abierta
y transparente, se presentan las agresiones de doble vía, se acaba la
paz del hogar y también la comunicación comunicación que quedaba.
Entonces las relaciones familiares se deterioran al no saber decirse
las cosas con amor y comprensión, al no saber el uno interpretar lo
que el otro le quiere decir, al tratar de cambiar al otro a como dé
lugar para hacer realidad las expectativas que llevaban al matrimonio,
al asumir actitudes defensivas cuando se sienten atacados en su
intimidad, al no sentirse aceptados por ser como son, y al no sentir
el estímulo para asumir verdaderamente y con plena libertad la mejora
personal. Surgen a veces reconciliaciones poco duraderas porque
vuelven a caer en los mismos errores. Aparece la crítica sistemática y
el lenguaje absoluto: "Tú NUNCA me ayudas, Tú SIEMPRE dejas la ropa
tirada, Tú TODO me lo contradices". Y a esto se añade que ha
desaparecido del lenguaje de los gestos el detalle amoroso, la caricia
tierna., el susurro al oído para decirle al otro "te quiero y me haces
falta".
Esto por lo general, cuando no conduce a una crisis total o a un
rompimiento definitivo, puede acomodarlos en una falsa tolerancia nada
saludable para la relación. Y decimos, nada saludable, porque lleva a
que cada uno viva su vida en forma independiente, alejándose de la
verdadera realidad de lo que es el matrimonio.
Cierran el uno al otro su corazón de tal manera que ni siquiera sacan
unos minutos de su valioso tiempo para hablar de los dos. De sus
inquietudes, de sus temores, de lo que cada uno lleva dentro de sí, ni
siquiera de sus esperanzas e ilusiones. De todo lo que está afectando
positiva o negativamente la relación de los dos.
La comunicación es un arte
La comunicación antes que todo es una actitud de apertura al otro, que
implica disponibilidad generosa para compartir, es decir para dar y
recibir.
Sin embargo, la comunicación no es fácil; es un arte que se debe
practicar continuamente para desarrollarlo en toda su plenitud y para
sacar el mejor provecho de él; así como el deportista debe entrenar
continuamente para mantenerse en forma, o el pianista debe practicar
por horas para mantener las manos ágiles en el manejo del teclado, así
también nosotros como seres humanos necesitamos practicar al máximo y
mejorar cada día la calidad de nuestra comunicación.
Y hablamos de calidad cuando nos referimos a que estamos llamados a
compartir con la persona que amamos no solamente las cosas que hacemos
durante el día y lo que hemos aprendido, sino ir más al fondo de
nosotros mismos.
En días pasados conversando con unos esposos de 37 años de casados,
unidos, felices y realizados con su matrimonio les preguntamos qué
consideraban ellos que les había ayudado a mantenerse unidos y aún
enamorados y respondieron: "Desde que nos casamos todos los días
procuramos sacar un tiempo par los dos. Nos sentamos por unos minutos
el uno frente al otro y abrimos nuestro corazón. Compartimos no sólo
los pormenores del día, sino también nuestras angustias, temores,
sueños, ideas, pensamientos e ilusiones; y hemos aprendido a
conocernos y a aceptarnos.
Más aún, hemos aprendido a escucharnos y nos sentimos personas
valiosas porque lo que decimos es siempre importante para el otro,
aunque sea la cosa más tonta; hasta cuando callamos."
Esto nos ayudó a comprender que verdaderamente el que ama sabe
escuchar, inclusive el silencio. Porque éste también forma parte de la
comunicación . Como cuando el marido regresa del trabajo agobiado por
múltiples problemas y no tiene deseos de hablar. Una esposa
comprensiva capta su silencio, comparte su preocupación y, por
supuesto, que sabe esperar el momento oportuno para oír de él todo lo
que está sucediendo. Y para esto sólo se necesita que haya un interés
sincero, un poco de atención, la sensibilidad de escuchar, y el ánimo
de comprender y el compartir sincero. Un oído abierto es el único
signo fidedigno de un corazón abierto. Y escuchar es el 90% de una
buena comunicación porque todos necesitamos desesperadamente que se
nos escuche.
Así es como nos sentimos valiosos e importantes. Porque qué sería de
nosotros si hablamos y hablamos y nadie se interesa por lo que decimos
? .
Conclusión
La comunicación es el lazo de unión entre las personas, con mayor
razón entre marido y mujer, porque disuelve las barreras, favorece la
comprensión recíproca, facilita la solución de los conflictos e
inclusive contribuye a prevenirlos; posibilita la cooperación para el
logro del bien de los dos y hace que la convivencia no sólo sea
tolerable sino agradable y no sólo agradable sino también fructífera y
enriquecedora.
Se puede entonces lograr la unidad en el matrimonio siempre y cuando
exista una buena comunicación entre los cónyuges.
La comunicación no consiste simplemente en decir o en oír algo. La
palabra comunicación en su sentido más profundo significa "comunión "
; compartir ideas, sentimientos, etc. en un clima de reciprocidad. La
comunicación es la acción de compartir; de dar a otro una parte de lo
que tenemos. Y dentro del matrimonio es dar lo mejor que poseemos: !nosotros
mismos!, y recibir en nuestro corazón a esa persona maravillosa con la
cual un día decidimos en plena libertad unir nuestras vidas para
siempre.
Sea pues éste el momento para hacer un llamado a todos los matrimonios
de hoy, y también quienes están en plan de casarse: Aprendan a
comunicarse, tomen cursos si es necesario, pero den a su relación la
importancia que merece. La incomunicación mata el amor. La
comunicación no sólo es urgente y necesaria. Es VITAL porque mantiene
vivo el amor de los esposos.
Crisis en el matrimonio
Buenos días Oscar Mario y
auditorio de cúpula empresarial, mi comentario de hoy es sobre
algunos consejos para hacerle frente a una situación de crisis
dentro del matrimonio
Uno de los principales problemas que tenemos hoy en día, es el de
no tener tiempo para conocer a nuestra pareja, por tanto, se
enfrían las relaciones o cada quien crece en forma distinta,
llegando a ser con el tiempo un par de perfectos desconocidos,
donde la palabra comunicación no esta dentro del diccionario que
normalmente usan.
Se antoja fácil utilizar las técnicas que comúnmente usamos en el
trabajo, como el de ser claros, objetivos y poner los hechos
sobre la mesa en forma de argumentos para resolver una situación
que sé esta tornando molesta para todos los miembros de la
familia.
Ser claros y objetivos puede ser el camino más corto para
resolver cualquier malentendido o cualquier situación de nuestra
vida familiar o profesional, sin embargo, no-solo de hechos esta
conformado el hombre, sino también de una parte afectiva y
emocional, misma que muchas veces es totalmente incompatible con
los hechos o realidades, que en ocasiones son mencionadas por los
cónyuges, con una gran porción de subjetividad, sentimientos y
emociones, ya que cada bando puede percibir esa realidad en forma
diferente.
Sin que tenga que ser la única forma de enfrentar una situación
de crisis, o distanciamiento, quisiera comentar algunos puntos
que por sencillos no dejan de ser importantes y que si se
consideran como parte de los valores de un código familiar para
discutir problemas, nos pueden sacar adelante con el menor de los
desgastes:
1.- El primero de los consejos, seria: Busca el pensamiento
problema, es decir, cual es la idea que nos molesto o que sigue
perjudicando nuestra relación.
2.- Decidirse a mostrarle a nuestro cónyuge El sentimiento
personal que ha surgido de la situación, como un regalo que le
hacemos a nuestra pareja, ya que no hay cosa personal más intima
que podamos dar que un sentimiento.
3.- Platicar de corazón a corazón y de sentimiento a
sentimiento, por la sencilla razón de que un sentimiento no puede
ser rebatible (es mi sentimiento).
4.- Ver cada problema con la realidad que tiene, sin
magnificar la situación.
5.- Tener paciencia y escuchar comprendiendo.
6.- Poner el problema en el marco de valores, prioridades y
normas éticas compartidas por la familia.
7.- Distinguir, como nos esta afectando el problema.
8.- Hacer de la prudencia y la búsqueda de la verdad, la
herramienta de la discusión.
9.- Hacer empatia con la posición de tu pareja (ponte en sus
zapatos).
10.- No desacredites a tu pareja, al momento de expresar su
posición y sentimientos.
11.- Manten el respeto en la platica como regla No.1
12.- Se positivo o encontra el lado positivo del reclamo de
tu cónyuge.
13.- Comentar las cosas negativas y resaltar los aspectos
positivos o rescatables de la conversación.
14.- Un problema no debe ser causal de dejarse de hablar.
15.- No involucrar a los hijos innecesariamente como parte
del problema o solución del mismo.
16.- La ropa sucia se lava en casa.
17.- Estar conscientes de que han decidido hacer crisis y
que esta los va a hacer crecer y va a perfeccionar el código
familiar.
18.- Los problemas deben de ser tratados en privado y en un
lugar tranquilo y neutro.
19.- No dejar terminar el día, sin que se haya hablado del
asunto, el tiempo enfría y magnifica el problema.
20.- El primero que percibe el problema, la falla, o la
falta al código familiar establecido, tiene la responsabilidad en
primer grado de tomar la iniciativa para aclarar la situación.
21.- Enfocar la crisis como un alto en el camino que los
preparará para poder manejar conflictos más complejos.
22.- Los acuerdos a que se lleguen, deben ser comunicados
positivamente a los hijos o a las personas que la pareja
involucro.
23.- La familia entera debe tener muy claro, que no
solamente se puede hacer crisis sino que es responsabilidad de
cada uno, aportar su punto de vista sobre algo que no este
funcionando.
24.- Hacerle saber a cada miembro que son parte importante
del equilibrio anímico de la familia.
25.- Finalmente aclarar que están a disgusto, por una serie
de circunstancias, y que su dolor se debe al cariño y amor que le
tienen a su pareja y a su familia.
Cómo superar la infidelidad
A muchos seres humanos se les rompe la vida cuando
la misma persona que un día les prometió amor eterno se convierte
ahora en su primera fuente de sufrimiento… Se ha descubierto una o
varias infidelidades en el matrimonio, ¿Qué hacer? ¿Cómo solucionar
este tema?
1.- ¿Por qué se produce la infidelidad matrimonial?
Hay varios factores:
Dificultad de la persona para mantener una
relación afectiva con una sola persona, señal clara de inmadurez
personal.
Ser infeliz dentro del matrimonio por distintos
motivos: incomunicación, sentirnos solos y no queridos por nuestro
cónyuge, etc.
Normalmente la infidelidad no es algo que aparece
de la noche a la mañana. Es mas bien una elaboración del propio
individuo que va tendiendo lazos afectivos profundos, muchas veces
inconscientemente, hacia otra persona externa a su matrimonio.
Lo que no encuentra la persona en su matrimonio
lo busca fuera.
Muchas veces no aparece un motivo concreto sino
que es un "ambiente general" dentro del matrimonio el que no es
satisfactorio y que lleva a buscar relaciones humanas más
gratificantes en el exterior…
En algunas ocasiones la infidelidad se produce
para llamar la atención del otro cónyuge.
La edad también influye en estos procesos. Cuando
nos vamos haciendo mayores queremos que nos valoren de nuevo…
Los celos también pueden ser un motivo que
provoque la infidelidad.
La baja autoestima de la persona que necesita
sentirse evaluada y querida por alguien exterior a su matrimonio.
El deseo de hacer daño al otro cónyuge…
Escapar de la rutina del matrimonio…
Deseo de tener experiencias sexuales más
excitantes…
Necesidad de volverse a enamorar de alguien…
Una "aventura"
La influencia de los amigos/as.
etc.
En numerosas ocasiones pueden darse varios elementos
a la vez.
Una cosa sí es clara: cuando una persona no es feliz
en su matrimonio la infidelidad aparece como un síntoma, no como una
enfermedad. Hay que profundizar en la raíz de ese síntoma para saber
cuál es el motivo o motivos que han impulsado a la persona hacia ese
estado.
2.- ¿Cómo se siente el cónyuge traicionado?
Puede ser que el cónyuge ni siquiera se imagine ni
en lo más remoto esta situación. Puede que sea un padre o madre
ejemplar, bueno, trabajador, serio, buen vecino e incluso creyente…
Pero tarde o temprano, bien por las dudas de un comportamiento
excesivamente oscuro, bien por los comentarios indirectos de los
amigos, se empieza a resquebrajar la confianza en el otro.
Las situaciones más difíciles de aceptar son
aquellas donde el individuo jamás ha tenido un comportamiento anormal,
pero todos los indicios y las pruebas llevan a presagiar una relación
externa…
¿Qué siente la persona traicionada?
Una gran confusión interior: ¿Qué ha pasado? ¿Por
qué me ha hecho esto? Yo siempre le fui fiel…
Una herida profunda en la autoestima. Tienes la
sensación que han jugado contigo, con tus sentimientos, con tu
confianza…
Dudas inmensas sobre el otro… Aunque la etapa se
haya superado, la herida queda por mucho tiempo…
Un gran dolor interior. Te duele el alma.
No sabes qué hacer ni cómo recomponer la relación
rota. Esto se vuelve más doloroso cuando encima quieres todavía a la
persona que te ha traicionado…
Rabia y frustración interna.
Ganas de morir.
Muchas veces esta situación es la desencadenante
de una depresión.
Sentirse con la vida rota, hecha pedazos…
A pesar del resto de la familia y de los amigos
que intentan consolarte, no encuentras consuelo.
Puedes sentir que Dios te ha fallado…
Tienes que decidir algo, pero no sabe el qué…
Te has vuelto una persona obsesiva y rencorosa.
Tienes mucho cuidado para que nadie te haga más daño. Te vuelves
desconfiada…
Toda este tema se agrava cuando la persona no tiene
suficiente madurez personal para afrontar situaciones dolorosas.
3.- ¿Cómo se siente la persona infiel en su
matrimonio?
Aquí entramos en distintos niveles:
1.- Cuando el amor ha desaparecido en el
matrimonio:
La situación de infidelidad una vez descubierta,
lleva a plantear crudamente la realidad. Normalmente la persona
aprovecha todo el jaleo que se ha provocado al descubrir la
infidelidad, para abandonar al otro cónyuge y hacer una nueva vida
con la otra persona.
2.- Cuando queda amor en el matrimonio:
Esta situación de crisis es muy buena para
plantear con seriedad y profundidad la situación a la que se llegó
en el matrimonio.
La vida matrimonial se puede recomponer poco a
poco y lo que ocurrió no volverá a pasar nunca más.
Es una buena oportunidad para reciclar el amor
primero, para dialogar como nunca se ha hecho y… para perdonarse
mutuamente.
Normalmente la persona infiel que está en este
nivel sufre mucho porque no quiere perder a la otra persona. Se
siente encima culpable de hacer sufrir a su familia…
Algo que empezó inocentemente se ha vuelto
ahora una fuente de sufrimientos.
El cónyuge infiel recibe, una vez descubierta
la situación, también las presiones de la tercera persona que
ejerce también sus "derechos" sobre la relación tenida. Esto
contribuye a un mayor sufrimiento emocional e incluso físico.
La persona tiene que sentirse perdonada por la
parte ofendida. Mientras el perdón no sea sincero no se podrá
rehacer la vida de matrimonio de una manera efectiva.
Si se recompone el matrimonio la lección está
aprendida. La persona está vacunada si de verdad quiere a su
esposo/a.
Se siente muy avergonzado.
Siente que le ha fallado a Dios, al otro
cónyuge y a sí mismo.
3.- Cuando la persona infiel dice amar a su
cónyuge y a la tercera persona a la vez:
Este es el nivel máximo de confusión. Llega a
producir grandes trastornos emocionales y psicológicos.
La persona infiel necesita ayuda especializada
para ordenar sus pensamientos, sentimientos y acciones.
Normalmente en este nivel sufren a la vez todas
las personas implicadas…
La persona tiene una inmadurez que hay que
tratar por profesionales.
En esta situación no hay que tomar ninguna
decisión precipitada.
La persona sufre por ella misma y por las otras
dos personas a las que quiere. No sabe qué hacer para evitar su
propio sufrimiento y el que ha provocado en los demás.
Caen en una fuerte depresión.
Está confundido porque por un lado siente y se
siente amado y por la otra parte también. Es una vida con un
corazón partido.
4.- ¿Qué hacer ante estas dolorosas situaciones?
En ninguna otra situación humana durante la vida de
dos personas, se da un encuentro mayor entre el sufrimiento y el amor
a la vez como en la infidelidad dentro del matrimonio. Uno de los dos
sentimientos tiene que ganar…
¿Qué hacer cuando se ha descubierto una infidelidad
en el matrimonio?
Hace falta tres cosas:
Serenidad con amor.
Serenidad con saber esperar el momento adecuado.
Serenidad con saber lo que se quiere.
La pregunta clave en este momento es:
¿Quieres todavía de verdad a la otra persona, incluso
por encima de lo que te ha hecho?
Recuerda que si el otro siente lo mismo por ti,
ambos estarán sufriendo mucho. Destrozados no saben en qué lugar de
la vida quedarse.
¿Qué requisitos se tienen que dar para que la
situación se recomponga en el matrimonio?
Ambos cónyuges tienen que desear que se supere
satisfactoriamente la situación.
La persona infiel tiene que tener bien claro en
la cabeza y en el corazón que lo que ha pasado no volverá a ocurrir
nunca más. Tiene que prometerlo y hacerlo.
La pareja debe entrar en una dinámica de diálogo
y de encuentro íntimo de pensamientos, afectos y voluntades.
Ambos tienen que escucharse y reflexionar juntos
sobre el por qué se provocó la situación.
Ambos tienen que cambiar el ritmo de vida
matrimonial que no les llenaba.
Ambos deben de tener conciencia que la situación
se provocó porque no estuvieron atentos a los aspectos débiles de su
matrimonio.
La persona infiel tiene que cortar realmente todo
contacto con la otra persona: nada de cartas, llamadas, visitas,
etc. etc.
Tienen que centrarse en la vida de matrimonio
como especial lugar de felicidad personal.
Ambos necesitan de Dios, de la fuerza que Él da
en estos momentos para superar tanto dolor y miserias humanas.
Tienen que dejarse guiar por Dios cuando ellos mismos no saben
guiarse.
Es necesario llamar a las cosas por su nombre.
Ver los fallos y aciertos cometidos en los años de matrimonio.
No hace falta entrar en detalles precisos sobre
cómo fue la relación extramatrimonial. Esto sólo haría aumentar el
dolor y la pena.
Buscar ayuda exterior: mediador familiar,
psicólogo de familia, amigos convenientemente formados, sacerdote,
etc.
Saber que con esfuerzo y ganas esta prueba se
puede superar.
Ambos tienen que centrarse en el matrimonio y en
el crecimiento personal.
Tienes que aprender a querer de verdad al otro
pero de otra forma, más humana, más cercana.
No hay que contar al otro cónyuge otras
experiencias de este tipo que hayas tenido. Esto solamente agravaría
más la situación. Cuéntaselo a tu terapeuta, sacerdote o psicólogo y
reconcíliate contigo mismo y con Dios.
Tengan paciencia, mucha paciencia. Tengan amor
para aclarar el dolor y la pena.
Puede ser que siempre quisiste a tu esposo/a. Le
quisiste sacrificándote por él o por ella. Le quisiste confiando en su
palabra.
Le quisiste acogiendo a los hijos que Dios les dio.
Le quisiste compartiendo luchas por conseguir metas comunes en la vida…
Ahora te toca quererle perdonándole… Esto sólo lo
puede hacer quien de verdad ama…