Bienvenido | Inscripciones | Orientación | Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible | |
Seminario Reina Valera
|
|
40. La Iglesia: El Cuerpo y La Esposa De
Cristo Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo. Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno. 40. La Iglesia: El Cuerpo y La Esposa De Cristo por Lewis Sperry Chafer
A.
Siete figuras de Cristo y su Iglesia.
En
las Escrituras se usan siete figuras para revelar la relación entre
Cristo y su iglesia.
1.
El Pastor y la oveja que aparecen anunciados en el Salmo 23 se usan en
Juan 10, donde Cristo es el Pastor y los que creen son las ovejas.
Sal 23:1-6
1
Jehová es mi pastor; nada me
faltará.
2
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me
pastoreará.
3
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de
justicia por amor de su nombre.
4
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque
tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.
5
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
6
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días
de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Jn.
10:1-9
1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de
las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
2 Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
Según
este pasaje:
a)
Cristo vino por la puerta, esto es, a través del linaje escogido de
David;
b)
El es el verdadero pastor, al que siguen las ovejas;
c)
Cristo es también
Jn. 10:28-29
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará
de mi mano.
d)
El Pastor da alimento y vida a las ovejas;
e)
En contraste, otros pastores solo son asalariados que no dan su vida
por sus ovejas;
f)
Hay comunión entre las ovejas y el Pastor; así como el Padre conoce
al Hijo y el Hijo conoce al Padre, las ovejas conocen al pastor;
g)
Aunque Israel pertenecía a un redil diferente en el Antiguo
Testamento, en la era actual hay un redil y un Pastor, en el cual judíos
y gentiles por igual tienen salvación.
Jn. 10:16
16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también
debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
h)
Como Pastor, Cristo no sólo pone su vida por sus ovejas, sino que
vive para siempre para interceder por ellas y darles la vida
espiritual y el alimento necesario.
He. 7:25
25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan
a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Según
el Salmo 23:1, «Jehová es mi
pastor; nada me faltará».
2.
Cristo es
Jn.
15:1-27
"Yo soy la vid verdadera, y
mi Padre es el labrador.
(2)
Toda
rama que en mí no da fruto, la
corta; pero toda rama que
da fruto la poda para que dé más fruto todavía.
(3)
Ustedes
ya están limpios por la palabra que les he comunicado.
(4)
Permanezcan
en mí, y yo permaneceré
en ustedes. Así como
ninguna rama puede dar fruto por sí misma,
sino que tiene que permanecer en la vid,
así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen
en mí. (5)
"Yo
soy la vid y ustedes son las ramas.
El que permanece en mí, como
yo en él, dará mucho
fruto; separados de mí no
pueden ustedes hacer nada.
(6)
El
que no permanece en mí es desechado y se seca,
como las ramas que se recogen,
se arrojan al fuego y se queman.
(7)
Si
permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes,
lo que quieran pedir se les concederá.
(8)
Mi
Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así
que son mis discípulos.
(9)
"Así
como el Padre me ha amado a mí, también
yo los he amado a ustedes. Permanezcan
en mi amor. (10)
Si
obedecen mis mandamientos, permanecerán
en mi amor, así como yo
he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor. (11)
Les
he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea
completa. (12)
Y
éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros,
como yo los he amado. (13)
Nadie
tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.
(14)
Ustedes
son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
(15)
Ya
no los llamo siervos, porque
el siervo no está al tanto de lo que hace su amo;
los he llamado amigos, porque
todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a
ustedes. (16) No
me escogieron ustedes a mí, sino
que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y
den fruto, un fruto que
perdure. Así el Padre les
dará todo lo que le pidan en mi nombre.
(17)
Éste
es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.
(18)
"Si
el mundo los aborrece, tengan
presente que antes que a ustedes,
me aborreció a mí.
(19)
Si
fueran del mundo, el mundo
los querría como a los suyos. Pero
ustedes no son del mundo, sino
que yo los he escogido de entre el mundo.
Por eso el mundo los aborrece.
(20)
Recuerden
lo que les dije: ‘Ningún siervo es más que su amo.' Si a mí me
han perseguido, también a
ustedes los perseguirán. Si
han obedecido mis enseñanzas, también
obedecerán las de ustedes.
(21)
Los
tratarán así por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me envió.
(22)
Si
yo no hubiera venido ni les hubiera hablado,
no serían culpables de pecado.
Pero ahora no tienen excusa por su pecado.
(23)
El
que me aborrece a mí, también
aborrece a mi Padre. (24)
Si
yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro antes
ha realizado, no serían
culpables de pecado. Pero
ahora las han visto, y sin
embargo a mí y a mi Padre nos han aborrecido.
(25)
Pero
esto sucede para que se cumpla lo que está escrito en la ley
de ellos: ‘Me aborrecieron sin motivo.'
(26)
"Cuando
venga el Consolador, que
yo les enviaré de parte del Padre,
el Espíritu de verdad que procede del Padre,
él testificará acerca de mí.
(27)
Y
también ustedes darán testimonio porque han estado conmigo desde el
principio.
La
figura había de la unión con Cristo y de la comunión con Cristo. Se
exhorta a los creyentes que permanezcan en una comunión
inquebrantable con Cristo (15:10), y el resultado de permanecer en El
es la limpieza o poda (v. 2), la oración eficaz (v. 7), gozo
celestial (v. 11) y verdad eterna (v. 16). La verdad central de la vid
y los pámpanos es que el creyente no puede gozar de la vida cristiana
o ser fructífero en su servicio sin estar unido vitalmente con Cristo,
3.
Cristo es
Ex. 25:8
Y harán un santuario para mí,
y habitaré en medio de ellos.
Ef.
2:21
en
quien todo el edificio, bien
coordinado, va creciendo
para ser un templo santo en el Señor;
En
la figura, Cristo es presentado como la principal piedra del ángulo y
los creyentes como piedras del edificio.
Ef.
2:19-22
Así
que ya no sois extranjeros ni advenedizos,
sino conciudadanos de los santos,
y miembros de la familia de Dios,
(20)
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
(21)
en quien todo el edificio,
bien coordinado, va
creciendo para ser un templo santo en el Señor;
(22)
en quien vosotros también sois juntamente edificados para
morada de Dios en el Espíritu.
El
propósito presente de Dios es edificar su iglesia.
Mt.
16:18
Y yo también te digo, que tú
eres Pedro, y sobre esta
roca edificaré mi iglesia; y
las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
En
la construcción de la iglesia como un edificio, cada piedra es una
piedra viva porque participa de la naturaleza divina.
1P.
2:5
vosotros
también, como piedras
vivas, sed edificados como
casa espiritual y sacerdocio santo,
para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por
medio de Jesucristo.
Cristo
es la piedra principal del ángulo y el fundamento.
1Co.
3:11
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto,
el cual es Jesucristo.
Ef.
2:20-22 edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
(21) en quien todo el edificio,
bien coordinado, va
creciendo para ser un templo santo en el Señor;
(22)
en quien vosotros también sois juntamente edificados para
morada de Dios en el Espíritu.
1P. 2:6
Por lo cual también contiene
Y
el edificio, como un todo, llega a ser morada de Dios en el Espíritu.
Ef.
2:22
En
él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios
por su Espíritu.
En
la figura del edificio es evidente que cada creyente depende de Cristo
como fundamento, y como piedra del ángulo, y las piedras del edificio,
igualmente, revelan la interdependencia de los creyentes, siendo el
edificio, como un todo, el templo de Dios en el Espíritu.
4.
El Nuevo Testamento presenta a Cristo como nuestro Sumo Sacerdote, y a
los creyentes como sacerdotes. Según se señaló en estudios
anteriores, si creyente sacerdote tiene un sacrificio cuádruple:
a)
ofrece un servicio de sacrificio, presentándose a sí mismo de una
vez para siempre a Dios.
Ro.
12: 1-2
Así que, hermanos,
os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.
b)
ofrece un servicio de adoración, dando alabanza y acción de gracias
a Dios.
He.
13:15
Así que, ofrezcamos siempre a
Dios, por medio de él,
sacrificio de alabanza, es
decir, fruto de labios que
confiesan su nombre.
Incluyendo
un servicio de intercesión u oración por sus propias necesidades y
por las de los demás.
Ro.
8:26-27
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene,
no lo sabemos, pero
el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas
el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
Col.
4:12
Os saluda Epafras, el cual es
uno de vosotros, siervo de
Cristo, siempre rogando
encarecidamente por vosotros en sus oraciones,
para que estéis firmes, perfectos
y completos en todo lo que Dios quiere.
1Ti.
2:1
Exhorto
ante todo, a que se hagan
rogativas, oraciones,
peticiones y acciones de gracias,
por todos los hombres;
He.
10:19-22
Así que, hermanos,
teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es,
de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero,
en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia,
y lavados los cuerpos con agua pura.
Cristo,
como Sumo Sacerdote nuestro, entra en si cielo por medio de su sangre
derramada en el Calvario.
He.
4:14-16
Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza,
pero sin pecado. Acerquémonos,
pues, confiadamente
al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
He.
9:24
Porque
no entró Cristo en el santuario hecho de mano,
figura del verdadero, sino
en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
He.
10:19-22
Así que, hermanos,
teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a
través del velo, esto es,
de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de
Dios, acerquémonos con corazón sincero,
en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia,
y lavados los cuerpos con agua pura.
Y
ahora intercede por nosotros.
Ro. 8:34
¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más
aun, el que también
resucitó, el que además
está a la diestra de Dios, el
que también intercede por nosotros.
He.
7:25
por
lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo
siempre para interceder por ellos.
Como
miembros de un real sacerdocio, es importante Señalar que los
creyentes además ofrecen:
c)
si sacrificio de buenas obras, y
d)
si sacrificio de su sustancia, además de haber ofrecido sus cuerpos
en sacrificio vivo.
He. 13:16
5.
Cristo como
6.
Cristo como el segundo Adán y la iglesia como nueva creación es una
figura en que Cristo, como el resucitado, reemplaza a Adán, La cabeza
del antiguo orden, y llega a ser cabeza de las nuevas criaturas en
Cristo. Esta figura está basada en la certeza de la resurrección de
Cristo y en la importancia de que Cristo haya establecido un nuevo
orden en su resurrección. El creyente está en Cristo por el bautismo
del Espíritu, en contraste con el estar en Adán. En su nueva posición
en Cristo, él recibe todo lo que Cristo hizo en su favor al
proporcionarle justicia y nueva vida en Cristo. Puesto que Cristo es
cabeza de la nueva creación, es necesario un nuevo día
conmemorativo, si primer día de la semana, en contraste con el Sabbat
(sábado), que pertenecía al viejo orden.
7.
Cristo como el Esposo y la iglesia como la esposa es una figura profética
de la relación presente y futura entre Cristo y su iglesia. En
contraste con Israel, presentado en el Antiguo Testamento como una
esposa infiel a Jehová, la iglesia se revela en si Nuevo Testamento
como una virgen que espera la venida de su Esposo. Esto será objeto
de una amplia discusión más adelante en este capítulo. Como la
iglesia, cuerpo de Cristo, es la figura más importante que revela el
propósito presente de Dios, así la iglesia como la esposa es la
figura más importante que revela la relación futura de
B.
La iglesia como el cuerpo de Cristo.
La
discusión del bautismo del Espíritu en un capítulo anterior sacó a
la luz la revelación neotestamentaria de la iglesia unida y
constituida en el cuerpo de Cristo por el bautismo del Espíritu, según
la declaración de 1Co. 12:13: “Porque
por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos
o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un
mismo espíritu”. En esta figura se presentan tres verdades de
gran importancia:
1)
la iglesia es un cuerpo que se desarrolla por sí mismo;
2)
los miembros del cuerpo reciben dones especiales y se les asignan
servicios especiales; 3) si
cuerpo es una unión viviente u organismo.
1.
Como cuerpo que se desarrolla por sí mismo, presenta
la iglesia como una entidad compuesta por individuos que tienen dones
espirituales.
Ef.
4:11-16
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles;
a otros, profetas;
a otros, evangelistas;
a otros, pastores y
maestros, (12) a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo,
(13) hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto, a
la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
(14) para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina,
por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error,
(15) sino
que siguiendo la verdad en amor, crezcamos
en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo,
(16)
de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la
actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
De
aquí que algunos sean apóstoles, otros profetas, evangelistas,
pastores y maestros. La verdad central es que los creyentes no
solamente reciben la exhortación de servir a Dios en sus diversas
capacidades, sino que están equipados para hacer un trabajo en
particular para el cual Dios los ha llamado. El creyente cumple sus
propios servicios cuando cumple el rol particular que se le ha
asignado en el cuerpo de Cristo y participa en el perfeccionamiento
del cuerpo de Cristo.
Ef. 4:13
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
En
Ro. 12:3-8
Digo,
pues, por la gracia
que me es dada, a cada
cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener,
sino que piense de sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
(4)
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros,
pero no todos los miembros tienen la misma función,
(5)
así nosotros, siendo
muchos, somos un cuerpo en
Cristo, y todos miembros
los unos de los otros. (6)
De manera que, teniendo
diferentes dones, según
la gracia que nos es dada, si
el de profecía, úsese
conforme a la medida de la fe; (7)
o si de servicio, en
servir; o el que enseña,
en la enseñanza; (8)
el que exhorta, en
la exhortación; el que
reparte, con liberalidad;
el que preside, con
solicitud; el que hace
misericordia, con alegría.
1Co.
12:28
Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente
apóstoles, luego
profetas, lo tercero
maestros, luego los que
hacen milagros, después
los que sanan, los que
ayudan, los que
administran, los que
tienen don de lenguas.
Cada
creyente tiene algunos dones y hay creyentes que pueden tener más que
otros. Los dones espirituales, aunque a veces están relacionados con
habilidades naturales, no deben ser confundidos con ellas. Por
ejemplo, aunque una persona tenga naturalmente el don de la enseñanza,
solamente Dios puede dar el don de enseñar cosas espirituales.
Los
dones espirituales no se consiguen buscándolos, sino por el Espíritu
que reparte «a cada uno en
particular como él quiere» (1Co. 12:11). En la iglesia apostólica
se recibieron algunos dones que han seguido hasta el presente; otros
fueron dones señales que ciertamente cesaron después de la primera
generación de cristianos. Sin embargo, cada don está sujeto a
regulación por
Aunque
las iglesias locales pueden desarrollar complicadas organizaciones, la
obra de Dios es realizada primariamente por medio de la iglesia como
un organismo dirigido por Cristo,
Ro.
12:1-2
Así que, hermanos,
os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.
3.
El cuerpo es un organismo vivo que está eternamente
unido en Cristo. La unidad del cuerpo, que comprende judíos, gentiles
y personas de diversas razas y culturas, es presentada en Efesios.
Ef. 1:23
la cual es su cuerpo,
la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Ef.
2:15-16
aboliendo
en su carne las enemistades, la
ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,
para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre,
haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a
ambos en un solo cuerpo, matando
en ella las enemistades.
Ef.
3:6
que
los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo,
y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio,
Ef.
4:12-16
a
fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo,
(13)
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
(14) para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina,
por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error,
(15)
sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo,
(16)
de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la
actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Ef. 5:30
porque somos miembros de su cuerpo,
de su carne y de sus huesos.
La
iglesia como cuerpo de Cristo tiene una unidad maravillosa en la que
se ignora la división entre judío y gentil, y ambos tienen los
mismos privilegios y acceso a la misma gracia. El cuerpo de Cristo
acusa un agudo contraste con la relación entre Dios e Israel y los
gentiles en si Antiguo Testamento y es una situación única, limitada
a la edad presente. Según Efesios 3, los miembros del cuerpo
participan en la maravillosa verdad, que estuvo oculta para los
profetas del Antiguo Testamento, pero revelada en si Nuevo, de que los
gentiles son coherederos, forman el mismo .cuerpo y participan de las
mismas promesas en Cristo que los judíos.
Ef.
3:6
que
los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo,
y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio,
La
unidad del cuerpo enfatizada en Efesios 4:4-7 es una unidad eterna que
es la base de la comunión y el servicio cristiano en la edad actual y
la base, para una comunión eterna en la edad venidera.
Ef.
4:4-7
un cuerpo, y un Espíritu,
como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación; un Señor, una
fe, un bautismo, un Dios y
Padre de todos, el cual es
sobre todos, y por todos, y
en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la
medida del don de Cristo.
C.
CRISTO COMO EL ESPOSO Y
De
las siete figuras de Cristo y la iglesia, solamente la figura del
esposo y la esposa tiene una significación profética En contraste
con Israel, que fue la esposa infiel de Jehová, la iglesia es
representada en el Nuevo Testamento como la virgen pura que espera la
venida de su Esposo. Cristo como el Esposo ya es presentado por Juan
el Bautista.
2Co.
11:2
Porque os celo con celo de Dios; pues
os he desposado con un solo esposo,
para presentaros como una virgen pura a Cristo.
Jn.
3:29
El
que tiene la esposa, es el
esposo; mas el amigo del
esposo, que está a su
lado y le oye, se goza
grandemente de la voz del esposo;
así pues, este mi
gozo está cumplido.
Sin
embargo, la revelación más importante la da Efesios 5:25-33 para
ilustrar la relación correcta que debe haber entre marido y mujer en
Cristo.
Ef.
5:25-33
Maridos,
amad a vuestras mujeres, así
como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella,
(26)
para santificarla, habiéndola
purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
(27)
a fin de presentársela a sí mismo,
una iglesia gloriosa, que
no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese santa y sin mancha.
(28)
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que ama
a su mujer, a sí mismo se
ama. (29)
Porque nadie aborreció jamás a su propia carne,
sino que la sustenta y la cuida,
como también Cristo a la iglesia,
(30)
porque somos miembros de su cuerpo,
de su carne y de sus huesos.
(31)
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre,
y se unirá a su mujer, y
los dos serán una sola carne. (32)
Grande es este misterio; mas
yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
(33) Por lo demás,
cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo;
y la mujer respete a su marido.
Aquí
se revela la triple obra de Cristo:
a)
En su muerte, «Cristo amó a la
iglesia y se entregó a sí mismo por ella» (v., 25);
b)
Cristo está realizando su obra presente para santificarla, habiéndola
purificado en el lavamiento del agua por
c)
A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no
tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino quo fuese santa y sin
mancha (v. 27).
Al
morir en la cruz Cristo cumplió el simbolismo oriental de pagar una
dote al precio necesario para tomar una esposa. En la era actual,
mediante el lavamiento de agua, la aplicación de
Ap.
19:7-8
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero,
y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se
vista de lino fino, limpio
y resplandeciente; porque
el lino fino es las acciones justas de los santos.
El
amor de Cristo por su iglesia que se revela en esta figura, es una
notable demostración del amor de Dios. Se pueden mencionar cinco
características del amor de Dios.
1.
La duración eterna del amor de Dios brota del hecho
de que Dios es amor.
1 Jn. 4:8
El que no ama, no
ha conocido a Dios; porque
Dios es amor.
El
no ha obtenido si amor por esfuerzo propio, o por cultivo do su
persona, ni considera el amor coma algo separado do su personalidad
quo pudiera abandonar a voluntad. El amor es una parte vital de su
ser. Si El hubiera tenido principio, el amor habría comenzado cuando
El empezó. Si cesara su amor, dejaría de existir una parte esencial
de la persona de Dios. El es lo que es, en gran parte, porque es amor.
El amor de Dios no puede cambiar. A Israel le dijo: “Con amor eterno te he amado” (Jer. 31:3); y de Cristo está
escrito: «Como había amado a
los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin»
(literalmente: «sin fin»; Jn. 13:1; cf. con 15:9). El amor de Dios hacia un
individuo no tiene fluctuaciones ni tiene fin.
Jn.
15:9
Como
el Padre me ha amado, así
también yo os he amado; permaneced
en mi amor.
2.
El amor de Dios motiva su incesante actividad. Aunque
el amor de Dios se manifestó de una vez para siempre en el sacrificio
de su bien amado Hijo, lo que se manifestó en un momento del tiempo
es la revelación de la actitud eterna do Dios hacia el hombre.
Ro.
5:8
Mas
Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.
1Jn.
3:16
En esto hemos conocido el amor, en
que él puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Si
hubiésemos podido mirar el corazón de Dios antes de la creación del
universo material, habríamos visto que ya había hecho la provisión
del Cordero que habría de ser sacrificado por el pecado del mundo.
Ap.
5:6
Y
miré, y vi que en medio
del trono y de los cuatro seres vivientes,
y en medio de los ancianos,
estaba en pie un Cordero como inmolado,
que tenía siete cuernos, y
siete ojos, los cuales son
los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Si
pudiésemos ahora mirar en el corazón de Dios, veríamos la misma
compasión no disminuida en favor de los perdidos quo se manifestó en
la muerte de su Hijo. La muerte de Cristo, ocurrida en un momento, no
fue un espasmo do amor divino; es el anuncio ante un mundo perdido del
hecho del amor eterno e inmutable de Dios.
3.
El amor de Dios tiene una pureza transparente. Acerca
de este aspecto del amor de Dios no hay palabras humanas que puedan
describirlo. No hay egoísmo en el amor divino; Dios jamás ha buscado
beneficios para sí. El nada recibe; todo lo da. Pedro exhorta a los
creyentes a amar de corazón puro, entrañablemente; pero cuán pocos
son los que aman a Dios por lo que El es, sin consideración de sus
beneficios.
1P.
1:22
Habiendo
purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para
el amor fraternal no fingido, amaos
unos a otros entrañablemente, de
corazón puro;
¡Qué
diferente es el amor de Dios! Nuestro juicio nos lleva a pensar que El
necesita nuestro dinero, nuestro servicio o nuestra influencia. El no
necesita nada de nosotros; pero El nos necesita a nosotros, y
solamente porque su infinito amor no puede ser satisfecho sin
nosotros. El título «Amado»,
que se dirige a los creyentes es altamente expresivo; porque, en su
relación con Dios, su más alta función es ser amado.
4.
El amor de Dios tiene una intensidad ilimitada. La
cosa más costosa del mundo es la sangre de Cristo, el Hijo único de
Dios; sin embargo, Dios amó de tal manera al mundo que dio a su Hijo
unigénito. El sacrificio de su Hijo por hombres que aún eran
pecadores y enemigos parece alcanzar los más lejanos límites del
infinito; sin embargo, se nos habla de un amor que es « mucho
más» que esto. Es el amor de Dios por los que han sido
reconciliados y justificados por medio do la muerte de Cristo; por
supuesto, nada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo
Jesús Señor nuestro.
Ro.
5:8-10
Mas
Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.
(9)
Pues mucho más, estando
ya justificados en su sangre, por
él seremos salvos de la ira. (10)
Porque si siendo enemigos,
fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando
reconciliados, seremos
salvos por su vida.
Ro. 8:39
ni lo alto, ni
lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
5.
El amor de Dios tiene una benevolencia inagotable. No
hay esperanza para este mundo sin el maravilloso amor que Dios tiene
hacia los que aún son pecadores. Pero el amor de Dios no es pasivo.
Movido en un grado infinito por su amor, Dios actuó en favor de
quienes, de otro modo, hubieran tenido quo expulsar de su presencia
para siempre. Dios no podía ignorar la justa condenación del pecador
que su justa santidad exigía; pero él podía tomar sobre sí la
maldición quo debía caer sobre el pecador: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”
(Jn. 15:13), y esto fue lo que El hizo a fin de que, sin violar su
propia santidad, pudiera tener libertad para salvar de la culpa.
Ro.
3:26
con
la mira de manifestar en este tiempo su justicia,
a fin de que él sea el justo,
y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Estando
libres por la muerte vicaria de Cristo, Dios no conoce limitaciones y
no cesa de obrar hasta que, para su propia satisfacción, pone al
pecador justamente condenado en la más alta gloria celestial y
conformada a la imagen de Cristo.
La
gracia salvadora es más que amor; es el amor de Dios puesto en
libertad de acción para imponerse sobre sus justos juicios contra el
pecador. «Por gracia sois salvos par media do la fe» (Ef. 2:8).
Ef. 2:4
Pero Dios, que
es rico en misericordia, por
su gran amor con que nos amó,
Tito
3:4-5
nos salvó, no por obras de
justicia que nosotros hubiéramos hecho,
sino por su misericordia, por
el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu
Santo, el cual derramó en
nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
Además,
Dios tiene un perfecto odio por el pecado que, como contrapartida de
su amor, lo prepara para salvar al pecador de su condenación. De
igual modo, este odio por el pecado, combinado con su amor, hace de
Dios un Padre que disciplina a su hijo. “Yo
reprendo y castigo a todos los que amo” (Ap. 3:19), y «el
Señor al que ama, disciplina» (He. 12:6).
Debido
a esta unión viva con Cristo, el creyente es objeto del amor del
Padre del mismo modo que el Padre ama a Cristo, y este amor infinito
nunca disminuye en la hora de la corrección a de la prueba.
1Co. 6:17
En cambio, el que se une al Señor se hace un solo espíritu
con él.
Jn.
17:23
yo en ellos y tú en mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el
mundo conocerá que tú me has enviado y que yo los he amado a ellos
como tú me amas a mí.
Además
de estas manifestaciones directas del amor de Dios, se pueden citar
muchas manifestaciones indirectas. En el Nuevo Testamento hay pocas
referencias al amor humano; el énfasis más bien está puesto en el
amor divino quo ha sido impartido y que experimenta solamente el
creyente que está lleno del Espíritu. El mensaje de Romanos 5:5 es
que el amor de Dios brota del Espíritu que nos es dado.
Ro.
5:5
a
cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo,
y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.
El
amor divino es fruto del Espíritu; por lo tanto, El es su fuente.
Ga. 5:22
Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz,
paciencia, benignidad,
bondad, fe,
El
amor divino se manifiesta indirectamente pasando a través del corazón
del creyente. 1 Juan pone énfasis en que si hemos nacido de Dios,
amaremos como Dios ama; 1 Corintios 13 es una descripción del carácter
sobrehumano del amor. No hay éxtasis en esta vida comparable a la
afluencia libre y sobreabundante del amor de Dios.
Debe
observarse que, no es el amor a Dios lo que estamos considerando; se
trata más bien del amor quo pertenece a Dios. Debemos notar algunas
cosas en cuanto a este amor:
Se
experimenta como respuesta a la oración de Cristo.
Jn.
17:26
Y les he dado a conocer tu nombre, y
lo daré a conocer aún, para
que el amor con que me has amado,
esté en ellos, y
yo en ellos.
Dios
ama al mundo perdido, y así tan ciertamente aborrece al sistema
mundano quo es malo.
Jn.
3:16
Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas
tenga vida eterna.
Ef. 2:4
Pero
Dios, que es rico en
misericordia, por su gran
amor con que nos amó,
1Jn.
2:15
No améis al mundo, ni las cosas
que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el
amor del Padre no está en él.
1Jn.
4:7
Amados,
amémonos unos a otros; porque
el amor es de Dios. Todo
aquel que ama, es nacido
de Dios, y conoce a Dios.
Dios
ama a quienes ha redimido.
Jn.
13:34-35 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis
unos a otros; como yo os
he amado, que también os
améis unos a otros. En
esto conocerán todos que sois mis discípulos,
si tuviereis amor los unos con los otros.
Jn.
15:12-14
Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,
como yo os he amado.
(13)
Nadie tiene mayor amor que este,
que uno ponga su vida por sus amigos.
(14) Vosotros
sois mis amigos, si hacéis
lo que yo os mando.
Ro.
5:8
Mas
Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.
Ef.
5:25
Maridos,
amad a vuestras mujeres, así
como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella,
1Jn.
3:16
En esto hemos conocido el amor, en
que él puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
1Jn.
4:12
Nadie ha visto jamás a Dios. Si
nos amamos unos a otros, Dios
permanece en nosotros, y
su amor se ha perfeccionado en nosotros.
Dios
ama a la nación de Israel.
Jer.
31:3
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo,
diciendo: Con amor eterno te he amado;
por tanto, te
prolongué mi misericordia.
Dios
ama a quienes han vagado lejos de Él.
Lc.
15:4, 20
¿Qué hombre de vosotros, teniendo
cien ovejas, si pierde una
de ellas, no deja las
noventa y nueve en el desierto, y
va tras la que se perdió, hasta
encontrarla? Y levantándose, vino
a su padre. Y cuando aún
estaba lejos, lo vio su
padre, y fue movido a
misericordia, y corrió, y
se echó sobre su cuello, y
le besó.
El
amor de Dios es eterno.
Jn.
13:1
Antes
de la fiesta de la pascua, sabiendo
Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al
Padre, como había amado a
los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el fin.
El
amor de Dios es sacrificial, hasta el punto de dar a su propio Hijo.
Jn.
3:16
Porque
de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas
tenga vida eterna.
2Co.
8:9
Porque
ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
que por amor a vosotros se hizo pobre,
siendo rico, para
que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
Ef.
5:2
Y andad en amor, como también
Cristo nos amó, y se
entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
En
el misterio de esta compasión divinamente ordenada, el apóstol Pablo
estaba dispuesto a ser apartado do Cristo por amor a sus hermanos, sus
parientes según la carne.
Ro.
9:1-3
Verdad digo en Cristo, no
miento, y mi conciencia me
da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y
continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema,
separado de Cristo, por
amor a mis hermanos, los
que son mis parientes según la carne;
El
ejercicio del amor divino es el primer mandamiento do Cristo baja la
gracia.
Jn.
13:34-35
Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;
como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. En
esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros.
Jn.
15:12-14
Este
es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,
como yo os he amado. Nadie tiene
mayor amor que este, que
uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros
sois mis amigos, si hacéis
lo que yo os mando.
Y
debiera ser característica sobresaliente de cada cristiano.
Ga.
5:13
Porque
vosotros, hermanos,
a libertad fuisteis llamados;
solamente que no uséis la libertad como ocasión para la
carne, sino servíos por
amor los unos a los otros.
Ef.
4:2, 15
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos
con paciencia los unos a los otros en amor, sino que siguiendo la
verdad en amor, crezcamos
en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo,
Ef.
5:2
Y
andad en amor, como también
Cristo nos amó, y se
entregó a asimismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Col.:
2:2
para que sean consolados sus corazones,
unidos en amor, hasta
alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento,
a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y
de Cristo,
1Ts.
3:12
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con
todos, como también lo
hacemos nosotros para con vosotros,
1Ts.
4:9
Pero
acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba,
porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis
unos a otros;
El
amor impartido par Dios no so obtiene por cultivo, ni se puede
producir por esfuerzos de la carne. Es la experiencia normal de
quienes, habiendo cumplido los requisitos, están llenos del Espíritu.
Ga.
5:22
Mas
el fruto del Espíritu es amor, gozo,
paz, paciencia,
benignidad, bondad,
fe,
D.
La esposa adornada y recompensada.
Entre
los diversos juicios de las Escrituras, uno de los más importantes es
el juicio del tribunal de Cristo en que se juzga y recompensa a la
iglesia. Con referencia al pecado, las Escrituras enseñan que el hijo
de Dios que está bajo la gracia no vendrá a juicio.
Jn.
3:18
El
que en él cree, no es
condenado; pero el que no
cree, ya ha sido
condenado, porque no ha
creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Jn.
5:24
De
cierto, de cierto os digo:
El que oye mi palabra, y
cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá
a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida.
Jn.6:37
Todo
lo que el Padre me da, vendrá
a mí; y al que a mí
viene, no le echo fuera.
Ro.5:1
Justificados,
pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo;
Ro.
8:1
Ahora,
pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu.
1Co.
11:32
más
siendo juzgados, somos
castigados por el Señor, para
que no seamos condenados con el mundo.
En
su posición delante de Dios, y sobre la base de que el castigo de
todos los pecados —pasados, presentes y futuros— fue llevado por
Cristo como el perfecto sustituto el creyente se encuentra no
solamente fuera de toda condenación, sino que estando en Cristo es
aceptado por la perfección de Cristo es amado de Dios como Cristo es
amado.
1Co.
1:30
Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús,
el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría,
justificación, santificación
y redención;
Ef.
1:6
para
alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
Col.
2:10
y vosotros estáis completos en él, que
es la cabeza de todo principado y potestad.
He.
10:14
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados.
Jn.
17:23
Yo
en ellos, y tú en mí,
para que sean perfectos en unidad,
para que el mundo conozca que tú me enviaste,
y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.
Pero
en relación a su vida cotidiana y su servicio a Dios, el cristiano
debe dar cuenta ante el tribunal de Cristo.
Ro.
14:10
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu
hermano? O tú también,
¿por qué menosprecias a tu hermano?
Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
2Co
5:10
Porque
es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,
sea bueno o sea malo.
Ef.
6:8
sabiendo
que el bien que cada uno hiciere,
ése recibirá del Señor,
sea siervo o sea libre.
Juicio
que se celebrará a la venida de Cristo para recibir a los suyos.
1Co.
4:5
Así
que, no juzguéis nada
antes de tiempo, hasta que
venga el Señor, el cual
aclarará también lo oculto de las tinieblas,
y manifestará las intenciones de los corazones;
y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
2Ti.
4:8
Por
lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la
cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día;
y no sólo a mí, sino
también a todos los que aman su venida.
Ap.
22:12
He aquí yo vengo pronto, y mi
galardón conmigo, para
recompensar a cada uno según sea su obra.
Mt.
16:27
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles,
y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
Lc.
14:14
y
serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te
será recompensado en la resurrección de los justos.
Cuando
se presenten ante el gran trono blanco para el juicio final, los
inconversos serán juzgados según sus obras.
Ap.
20:11-15
Y
vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él,
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo,
y ningún lugar se encontró para ellos.
(12)
Y vi a los muertos, grandes
y pequeños, de pie ante
Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el
libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras. (13)
Y el mar entregó los muertos que había en él;
y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en
ellos; y fueron juzgados
cada uno según sus obras. (14)
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego.
Esta es la muerte segunda.
(15)
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego.
El
propósito de este juicio no es determinar si los que han sido
presentados a él serán salvos o se perderán; su propósito es más
bien determinar el grado de castigo que corresponde a los perdidos a
causa de sus obras malas Del mismo modo, cuando los salvados se
presentan ante el tribunal do Cristo, en su venida, son juzgados por
sus obras no para determinar si se salvan a se pierden, sino para
determinar la recompensa o pérdida por el servicio que se esperaba de
cada creyente. Los que se presenten ante el tribunal de Cristo no
solamente serán salvos y estarán seguros, sino quo ya habrán sida
llevados al cielo, no sobre la base-de méritos u obras, sino por la
gracia divina hecha posible por la gracia salvadora de Cristo. Bajo la
gracia, la salvación no es de ningún modo condicionada por el
servicio o el carácter de la vida del creyente; la vida y el servicio
del creyente llegan a ser un caso separado que ha de ser juzgado por
Cristo, pues a él pertenecemos y a él servimos.
Cuando
todos sean reunidos ante «su
trono de gloria», también se darán recompensas sobre la base
del mérito de Israel y las naciones, pero esto se hará sin
consideración de la cuestión de la salvación personal.
Mt.
25:31-34
Cuando el
Hijo del Hombre venga en su gloria,
y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria,
(32)
y serán reunidas delante de él todas
las naciones; y apartarálos
unos de los otros, como
aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
(33)
Y pondrá las ovejas a su derecha,
y los cabritos a su izquierda.
(34)
Entonces el Rey dirá a los de su
derecha: Venid, benditos
de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Mt.
6:2-6
Cuando, pues,
des limosna, no
hagas tocar trompeta delante de ti,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles,
para ser alabados por los hombres;
de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
(3) Mas
cuando tú des limosna, no
sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
(4) para
que sea tu limosna en secreto; y
tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
(5)
Y cuando ores,
no seas como los hipócritas;
porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para
ser vistos de los hombres; de
cierto os digo que ya tienen su recompensa.
(6)
Mas tú,
cuando ores, entra
en tu aposento, y cerrada
la puerta, ora a tu Padre
que está en secreto; y tu
Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mt.
24:45-46
¿Quién es, pues,
el siervo fiel y prudente,
al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el
alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual,
cuando su señor venga, le
halle haciendo así.
Mt.
25 1-46
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando
sus lámparas, salieron a
recibir al esposo.
(2) Cinco
de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
(3) Las
insensatas, tomando sus lámparas,
no tomaron consigo aceite;
(4) mas las
prudentes tomaron aceite en sus vasijas,
juntamente con sus lámparas.
(5) Y
tardándose el esposo, cabecearon
todas y se durmieron. (6) Y
a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo;
salid a recibirle! (7)
Entonces todas aquellas vírgenes se
levantaron, y arreglaron
sus lámparas. (8) Y las
insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite;
porque nuestras lámparas se apagan.
(9)
Mas las prudentes respondieron
diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras,
id más bien a los que venden,
y comprad para vosotras mismas.
(10)
Pero mientras ellas iban a comprar,
vino el esposo; y
las que estaban preparadas entraron con él a las bodas;
y se cerró la puerta.
(11)
Después vinieron también las otras vírgenes,
diciendo: ¡Señor, señor,
ábrenos! (12)
Mas él,
respondiendo, dijo:
De cierto os digo, que no
os conozco. (13)
Velad,
pues, porque no sabéis
el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
(14)
Porque el reino de los cielos es como
un hombre que yéndose lejos, llamó
a sus siervos y les entregó sus bienes.
(15)
A uno dio cinco talentos,
y a otro dos, y a
otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos. (16)
Y el que había recibido cinco talentos
fue y negoció con ellos, y
ganó otros cinco talentos
(17)
Asimismo el que había recibido dos,
ganó también otros dos.
(18)
Pero el que había recibido uno fue y
cavó en la tierra, y
escondió el dinero de su señor.
(19)
Después de mucho tiempo vino el señor
de aquellos siervos, y
arregló cuentas con ellos.
(20)
Y llegando el que había recibido cinco
talentos, trajo otros
cinco talentos, diciendo:
Señor, cinco talentos me
entregaste; aquí tienes,
he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
(21)
Y su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. (22)
Llegando también el que había
recibido dos talentos, dijo:
Señor, dos talentos me
entregaste; aquí tienes,
he ganado otros dos talentos sobre ellos.
(23)
Su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. (24)
Pero llegando también el que había
recibido un talento, dijo:
Señor, te conocía que
eres hombre duro, que
siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
(25)
por lo cual tuve miedo,
y fui y escondí tu talento en la tierra;
aquí tienes lo que es tuyo.
(26) Respondiendo
su señor, le dijo: Siervo
malo y negligente, sabías
que siego donde no sembré, y
que recojo donde no esparcí.
(27)
Por tanto,
debías haber dado mi dinero a los banqueros,
y al venir yo, hubiera
recibido lo que es mío con los intereses.
(28)
Quitadle,
pues, el talento,
y dadlo al que tiene diez talentos.
(29)
Porque al que tiene,
le será dado, y
tendrá más; y al que no
tiene, aun lo que tiene le
será quitado. (30)
Y al siervo inútil echadle en las
tinieblas de afuera; allí
será el lloro y el crujir de dientes.
(31)
Cuando el Hijo del Hombre venga en su
gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces
se sentará en su trono de gloria,
(32)
y serán reunidas delante de él todas
las naciones; y apartarálos
unos de los otros, como
aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
(33)
Y pondrá las ovejas a su derecha,
y los cabritos a su izquierda.
(34)
Entonces el Rey dirá a los de su
derecha: Venid, benditos
de mi Padre, heredad el
reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
(35)
Porque tuve hambre,
y me disteis de comer; tuve
sed, y me disteis de
beber; fui forastero,
y me recogisteis; (36)
estuve desnudo,
y me cubristeis; enfermo,
y me visitasteis; en
la cárcel, y vinisteis a
mí. (37)
Entonces los justos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento,
y te dimos de beber?
(38)
¿Y
cuándo te vimos forastero, y
te recogimos, o desnudo,
y te cubrimos? (39)
¿O
cuándo te vimos enfermo, o
en la cárcel, y vinimos a
ti? (40)
Y respondiendo el Rey,
les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos más pequeños,
a mí lo hicisteis.
(41)
Entonces dirá también a los de la
izquierda: Apartaos de mí, malditos,
al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
(42) Porque
tuve hambre, y no me
disteis de comer; tuve
sed, y no me disteis de
beber; (43)
fui forastero,
y no me recogisteis; estuve
desnudo, y no me
cubristeis; enfermo,
y en la cárcel, y
no me visitasteis. (44)
Entonces también ellos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento, sediento,
forastero, desnudo,
enfermo, o en la cárcel,
y no te servimos? (45)
Entonces les responderá diciendo: De
cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños,
tampoco a mí lo hicisteis.
(46)
E irán éstos al castigo eterno,
y los justos a la vida eterna.
En
las Escrituras se usan tres figuras importantes para revelar la
naturaleza de las recompensas del creyente en el tribunal de Cristo.
1.
En Romanos 14: 10-12 se presenta la firma de una mayordomía. En
conexión con el juicio de los demás se hace la exhortación: « ¿Por
qué a tu hermano? 0 tú
también, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque
todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está:
Viva yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda
lengua confesará a Dios. Do manera que cada uno de nosotros dará a
Dios cuenta de sí».
En
este pasaje se nos exhorta a que no tratemos de evaluar la calidad de
las obras de otro cristiano. Esto no significa que no debamos juzgar y
rechazar el pecado, sino que se refiere más bien a la calidad y el
valor de la vida. Con demasiada frecuencia los cristianos se dejan
llevar por el deseo de criticar a los demás a fin de que sus propias
vidas parezcan un poca mejores ante sus propios ojos. En otras
palabras, reducen a la nada a sus hermanos en un esfuerzo de exaltarse
a sí mismos.
Este pasaje revela quo cada cristiano tendrá quo
rendir cuenta a Dios. La figura es de un mayordomo o persona a la que
se ha confiado algo. Todo lo que el creyente tiene en la vida —su
capacidad intelectual, dones naturales, salud física, dones
espirituales, a riqueza— es un don do Dios para él. Mientras más
se le confía, tendrá más de qué dar cuenta. Como se afirma en 1
Corintios 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis
de Dios, y que no sois
vuestros? Porque habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues,
a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,
los cuales son de Dios”.
Como
mayordomos, tendremos que dar cuenta ante el tribunal de Cristo de
todo lo que Dios nos ha dado, y no seremos responsables de lo que fue
dado a los demás, pero si tendremos que responder de lo que nos fue
dado a nosotros. La clave del juicio no será el éxito o el aplauso público
que se haya tenido, sino la fidelidad en el uso de lo que Dios nos ha
encomendado.
2.
1Co. 3:9-15 Porque nosotros somos colaboradores
de Dios, y vosotros sois
labranza de Dios, edificio
de Dios. (10)
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada,
yo como perito arquitecto puse el fundamento,
y otro edifica encima; pero
cada uno mire cómo sobreedifica.
(11)
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está
puesto, el cual es
Jesucristo. (12)
Y si sobre este fundamento alguno edificare oro,
plata, piedras
preciosas, madera,
heno, hojarasca,
(13)
la obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará,
pues por el fuego será revelada;
y la obra de cada uno cuál sea,
el fuego la probará. (14)
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó,
recibirá recompensa. (15)
Si la obra de alguno se quemare,
él sufrirá pérdida, si
bien él mismo será salvo, aunque
así como por fuego.
La
vida del creyente es considerada como un edificio levantado sobre
Cristo como fundamento. Al determinar la fuerza de este pasaje, debe
observarse:
a)
Se tiene en vista solamente a los salvados. El
pronombre personal «nosotros»
y el «vosotros» incluyen a
todos los salvados y excluye a todos los que no son salvos; de igual
modo, la palabra «alguno»
se refiere solamente a quién esté edificando sobre
b)
Habiendo presentado a los corintios el evangelio par
el cual fueron salvados —salvación proporcionada par
Por
eso, el llamado es a que cada uno mire cómo sobreedifica. Esto no es
una referencia a la así llamada <<construcción
del carácter>>, que no tiene base en los pasajes dirigidos
a los santos de esta dispensación; el carácter de ellos es el «fruto
del Espíritu» (Ga. 5:22-23) y es realizado, no por esfuerzos
carnales, sino por el andar en el Espíritu (Ga. 5:16). Se presenta al
creyente levantando una superestructura de servicio, u obras, que
tiene que ser probada por fuego, posiblemente por los ojos de fuego de
nuestro Señor ante el cual tendrá que presentarse (Ap. 1:14).
c)
La <<obra>>
que el cristiano está edificando sobre Cristo puede ser de madera,
heno, hojarasca, que el fuego puedo destruir; o puede ser de oro,
plata y piedras preciosas que el fuego no destruye y que, en el caso
del oro y la plata, en cambio, las purifica.
d)
A aquel cuya obra levantada sobre Cristo permanezca,
lo será dada una recompensa; pero a aquel cuya obra sea quemada
sufrirá pérdida: no de su salvación, que es asegurada por medio de
la obra consumada de Cristo, sino de su recompensa. Aun cuando paso
por el fuego que va a probar la obra de cada cristiano y sufra la pérdida
de su recompensa, él mismo será salvo.
3.
En 1 Corintios 9:16-27, y especialmente en los versículos 24-27, se
usa la figura de una carrera y el ganar el premio para revelar la
calidad de la vida y del servicio cristiano.
1Co.
9:16-27
Pues si anuncio el evangelio, no
tengo por qué gloriarme; porque
me es impuesta necesidad; y
¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
(17)
Por lo cual, si lo
hago de buena voluntad, recompensa
tendré; pero si de mala
voluntad, la comisión me
ha sido encomendada. (18)
¿Cuál, pues,
es mi galardón? Que
predicando el evangelio, presente
gratuitamente el evangelio de Cristo,
para no abusar de mi derecho en el evangelio.
(19) Por lo cual,
siendo libre de todos, me
he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.
(20) Me he hecho a los judíos como
judío, para ganar a los
judíos; a los que están
sujetos a la ley (aunque
yo no esté sujeto a la ley) como
sujeto a la ley, para
ganar a los que están sujetos a la ley;
(21) a los que están sin ley,
como si yo estuviera sin ley
(no estando yo sin ley de Dios,
sino bajo la ley de Cristo),
para ganar a los que están sin ley.
(22)
Me he hecho débil a los débiles,
para ganar a los débiles;
a todos me he hecho de todo,
para que de todos modos salve a algunos.
(23)
Y esto hago por causa del evangelio,
para hacerme copartícipe de él.
(24)
¿No sabéis que los que corren en el estadio,
todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred
de tal manera que lo obtengáis. (25)
Todo aquel que lucha, de
todo se abstiene; ellos,
a la verdad, para
recibir una corona corruptible, pero
nosotros, una
incorruptible. (26)
Así que, yo de
esta manera corro, no como
a la ventura; de esta
manera peleo, no como
quien golpea el aire, (27)
sino que golpeo mi cuerpo,
y lo pongo en servidumbre,
no sea que habiendo sido heraldo para otros,
yo mismo venga a ser eliminado.
Haciendo
referencia a su propio servicio en la predicación del evangelio, el
apóstol pregunta: « ¿Cuál,
pues, es mi galardón?» La verdadera respuesta a esta pregunta
depende, naturalmente, de la naturaleza y calidad del servicio rendido
a Dios. Por lo tanto, el apóstol continúa haciendo un recuento de su
fidelidad en la obra (versículos 18-23); nadie negará la veracidad
de su informe. Luego compara el servicio cristiano o una carrera en
que todos los creyentes están participando, y que, como en una
carrera, uno solo recibe el premio y sólo por un esfuerzo superior.
En
forma similar, el creyente debiera poner en ejercicio todas sus
fuerzas en el servicio cristiano, a fin de obtener la recompensa
completa, correr como si quisiera superar a los demás. Así como el
atleta se abstiene de muchas cosas a fin de obtener una corona
corruptible, el cristiano debe abstenerse de todo a fin de obtener la
corona incorruptible. El autocontrol del apóstol se ve en el hecho de
que mantenía en sujeción su propio cuerpo a fin de evitar que algún
servicio indigno y no de todo corazón por los demás hiciera quo
fuera reprobado. La palabra traducida aquí «eliminado»
es adokimos, que es la forma negativa de dokimos; dokimos se traduce
por «aprobada»
Ro. 14:18
Porque el que en esto sirve a Cristo,
agrada a Dios, y es
aprobado por los hombres.
Ro. 16:10
Saludad a Apeles, aprobado
en Cristo. Saludad a los
de la casa de Aristóbulo.
1Co.
11:19
Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones,
para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son
aprobados.
2Co. 10:18
porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo,
sino aquel a quien Dios alaba.
2Ti. 2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad.
Por
lo que adokimos debe traducirse «desaprobado»
Puesto que no está en duda la salvación del apóstol, él no tiene
miedo de ser desechado por Dios para siempre; tiene temor de ser
desaprobado en la esfera de servicio.
La
recompensa del cristiano a veces se menciona como un premio y a veces
como una corona.
1Co. 9:24
¿No sabéis que los que corren en el estadio,
todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred
de tal manera que lo obtengáis. 1Co.
9:25
Todo aquel que lucha, de todo se
abstiene; ellos,
a la verdad, para
recibir una corona corruptible, pero
nosotros, una
incorruptible. Fil.
4:1
Así
que, hermanos míos amados
y deseados, gozo y corona
mía, estad así firmes en
el Señor, amados. 1Ts.
2:19
Porque ¿cuál es nuestra
esperanza, o gozo,
o corona de que me gloríe?
¿No lo sois vosotros, delante
de nuestro Señor Jesucristo, en
su venida? 2Ti.
4:8
Por
lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la
cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día;
y no sólo a mí, sino
también a todos los que aman su venida. Stg.
1:12
Bienaventurado el varón que soporta la tentación;
porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida,
que Dios ha prometido a los que le aman. 1P.
5:4
Y
cuando aparezca el Príncipe de los pastores,
vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Ap.
2:10
No
temas en nada lo que vas a padecer.
He aquí, el diablo
echará a algunos de vosotros en la cárcel,
para que seáis probados, y
tendréis tribulación por diez días.
Sé fiel hasta la muerte, y
yo te daré la corona de la vida.
Ap.
3:11
He
aquí, yo vengo pronto;
retén lo que tienes, para
que ninguno tome tu corona. Estas
coronas pueden ser clasificadas bajo cinco divisiones que representan
cinco formas de servicio y sufrimiento cristiano, y el hijo de Dios
recibe la advertencia de que tenga cuidado para que no pierda la
recompensa. Col.
2:18
Nadie os prive de vuestro premio, afectando
humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose
en lo que no ha visto, vanamente
hinchado por su propia mente carnal, 2Jn.
1:8
Mirad
por vosotros mismos, para
que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino
que recibáis galardón completo.
Ap. 3:11
He aquí, yo vengo pronto;
retén lo que tienes, para
que ninguno tome tu corona. La
doctrina de las recompensas es la contrapartida necesaria de la
doctrina de la salvación por gracia. Puesto que Dios no cuenta los méritos
del creyente para la salvación, ni puede hacerlo, es necesario que
las buenas obras del creyente reciban el reconocimiento divino. Los
salvados nada deben a Dios en paga de la salvación que les fue dada
como un regalo; pero deben a Dios una vida de devoción fiel, y para
esta vida de devoción se ha prometido una recompensa en los cielos. Aunque
las recompensas de los creyentes están simbolizadas por coronas, las
coronas, como símbolo de la recompensa, serán puestas a los pies del
Salvador en el cielo. ¿Cuál será entonces la recompensa para el
servicio fiel de parte del creyente? Ap. 4:10
los veinticuatro ancianos se postran delante del que
está sentado en el trono, y
adoran al que vive por los siglos de los siglos,
y echan sus coronas delante del trono,
diciendo: La
probabilidad es que el servicio fiel sobre la tierra sea recompensado
con un lugar privilegiado de servicio en el cielo. Según Apocalipsis
22:3, «sus siervos le servirán». Ap.
22:3-4
Y no habrá más maldición; y
el trono de Dios y del Cordero estará en ella,
y sus siervos le servirán y verán su rostro,
y su nombre estará en sus frentes. Los
creyentes verán cumplidas sus más elevadas aspiraciones de servicio
de amor para el Salvador que los amó y se dio a sí mismo por ellos.
En la ilustración de los talentos usada por Cristo en Mateo 25:14-30,
el hombre que recibe los cinco talentos y el que recibió dos (ambos
ganaron el doble sobre lo que le encomendó el Señor) fueron
aprobados cuando el Señor dijo: «Sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor»
(Mt. 25:21, 23). Mt.
25:14-30
Porque
el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos,
llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
(15)
A uno dio cinco talentos,
y a otro dos, y a
otro uno, a cada uno
conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos. (16)
Y el que había recibido cinco talentos
fue y negoció con ellos, y
ganó otros cinco talentos
(17)
Asimismo el que había recibido dos,
ganó también otros dos.
(18)
Pero el que había recibido uno fue y
cavó en la tierra, y
escondió el dinero de su señor.
(19)
Después de mucho tiempo vino el señor
de aquellos siervos, y
arregló cuentas con ellos.
(20)
Y llegando el que había recibido cinco
talentos, trajo otros
cinco talentos, diciendo:
Señor, cinco talentos me
entregaste; aquí tienes,
he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
(21)
Y su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. (22)
Llegando
también el que había recibido dos talentos,
dijo: Señor, dos
talentos me entregaste; aquí
tienes, he ganado otros
dos talentos sobre ellos. (23)
Su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor.
(24)
Pero llegando también el que había
recibido un talento, dijo:
Señor, te conocía que
eres hombre duro, que
siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
(25)
por lo cual tuve miedo,
y fui y escondí tu talento en la tierra;
aquí tienes lo que es tuyo.
(26)
Respondiendo su señor,
le dijo: Siervo malo y negligente,
sabías que siego donde no sembré,
y que recojo donde no esparcí.
(27) Por
tanto, debías haber dado
mi dinero a los banqueros, y
al venir yo, hubiera
recibido lo que es mío con los intereses.
(28)
Quitadle,
pues, el talento,
y dadlo al que tiene diez talentos.
(29)
Porque al que tiene,
le será dado, y
tendrá más; y al que no
tiene, aun lo que tiene le
será quitado. (30)
Y al siervo inútil echadle en las
tinieblas de afuera; allí
será el lloro y el crujir de dientes. Aunque
parece que este juicio no tiene que ver con la iglesia, se puede
aplicar el principio a todos los creyentes de todas las edades que
reciben recompensa en la eternidad. La fidelidad en nuestro servicio
presente tendrá como recompensa un servicio de privilegio en la
eternidad. El
pasaje central sobre el tribunal de Cristo, 2 Corintio5 5:10-11,
revela que el tribunal de Cristo es un lugar donde se distinguen las
buenas obras de las malas, y el creyente recibe recompensa sobre la
base do las buenas obras. 2Co.
5:10-11
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,
sea bueno o sea malo. Conociendo,
pues, el temor del
Señor, persuadimos a los
hombres; pero a Dios le es
manifiesto lo que somos; y
espero que también lo sea a vuestras conciencias. Como
se ha dicho anteriormente, no se está juzgando el pecado, por que el
creyente ya ha sido justificado. Tampoco es cuestión de santificación
como se experimenta en el presente al ser disciplinado por no haber
confesado el pecado, porque el creyente ya es perfecto en la presencia
de Dios. 1Co.
11:31-32
Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; más
siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos
condenados con el mundo. 1Jn.
1:9
Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. El
único problema que queda, entonces, es la calidad de la vida y de las
obras que Dios considera buenas en contraste con las obras que son sin
valor. El hecho solemne de que todo creyente deberá presentarse un día
a rendir cuenta de su vida ante Dios, debiera ser un estimulo para la
fidelidad presente y para la propia evaluación de las prioridades de
vida basadas en la pregunta de cómo será evaluada en la eternidad. PREGUNTAS 1.
Nombrar las siete figuras que se usan para Cristo y su iglesia. 2.
¿Cuáles son algunas de las verdades importantes enseñadas por la
figura del pastor y las ovejas? 3.
Explicar en qué forma habla de unión, comunión y producción de
fruto la figura de Cristo come 4.
¿Cuál es el pensamiento principal de la figura de la iglesia como un
edificio del cual Cristo es la piedra del ángulo? 5.
¿Cuáles son las principales funciones del creyente como sacerdote? 6.
¿Que verdad nos ilustra la figura de Cristo como el Segundo Adán y
la iglesia como una nueva creación? 7.
¿Qué representa la figura de Cristo como el Esposo y la iglesia como
una esposa profética? 8.
¿Cuáles son las tres grandes verdades presentadas en la figura de la
iglesia como cuerpo de Cristo? 9.
¿En qué forma determinan los dones espirituales el servicio
particular de un individuo a Dios? 10.
¿Qué nos revela el concepto de la iglesia como un organismo vivo? 11.
¿Cuál es la triple obra de Cristo bajo la figura de un Esposo? 12.
Escribir detalladamente qué es lo que Cristo está haciendo
actualmente por su esposa. 13.
Nombrar cinco características del amor divino revelado en el amor de
Cristo por su iglesia. 14.
En vista del amor de Cristo por su iglesia, ¿qué se revela acerca
del amor del Padre por los creyentes? 15.
En vista del amor de Dios por la iglesia, ¿qué se revela acerca de
nuestro amor? 16.
En conexión con el juicio del hijo do Dios, ¿por qué el creyente no
será condenado por sus pecados? 17.
¿.Cuál es el propósito principal del juicio de los cristianos en el
tribunal de Cristo? 18.
¿.Qué contraste hay entre el juicio de los cristianos y el juicio
del gran trono blanco? 19.
¿En qué forma ilustra la naturaleza del juicio de los cristianos la
figura de la mayordomía? 20.
¿Cómo se ilustra el juicio de los creyentes con la figura de un
edificio levantado sobre Cristo como el fundamento? 21.
¿Cómo se relaciona la figura de ganar una carrera con el tribunal de
Cristo? 22.
¿Cuál es la naturaleza de la recompensa del creyente? 23.
¿Cuánta importancia tiene el tribunal de Cristo, y cómo se
relaciona con la evaluación de nuestras vidas presentes?
|
|
|||||
Bienvenido | Inscripciones | Orientación | Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible |