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  7. Las Fronteras en la Oración

Vida Espiritual ilumina la manera práctica de incorporar la espiritualidad a la vida personal y el ministerio.  Se estudia el poder de la oración ilustrada a través de las Escrituras como base de una vida verdaderamente victoriosa en comunión con la voluntad de Dios. 

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LAS FRONTERAS DE LA ORACIÓN

por Ray C. Stedman

 Siempre me siento en esta época del año como se sintieron los hijos de Israel al estar cerca de su marcha hacia la tierra prometida. Muchos de ellos se sintieron con miedo de lo que estaba delante de ellos; de la misma manera que nos sentimos muchos de nosotros quizás, al mirar al nuevo año. Muchos de ellos, sin embargo sentían las grandes posibilidades que se presentarían: el desierto estaba ya detrás de ellos; ahora una tierra nueva delante. Moisés aprovechó esa ocasión para predicarles a ellos. Yo creo que era muy apropiado hacerlo. (Pueden leer los mensajes que el predicó en aquel tiempo en el libro de Deuteronomio.) Es una gran época para predicar, así que voy a predicar en esta ocasión también. ¡Yo espero que ustedes se levantarán, o reforzados grandemente, o alertados y refrescados grandemente!

Este mensaje es parte de una serie de la oración, y esta mañana vamos a mirar a la gran oración de Salomón. Es la dedicación de el templo en Jerusalén. Esta es una oración única del Antiguo Testamento. Es quizás, el único pasaje en el Antiguo Testamento que es un reporte de una oración formal expresada en una ocasión muy especial del estado.

Toda la nación- -o al menos una gran parte de ella- -se había reunido en las cortes del templo para dedicar el nuevo edificio que Salomón levantó de acuerdo a los planos que su padre David había preparado, basado en la estructura del tabernáculo del desierto. Pero este era mucho más grande, un edificio mucho más hermoso y esplendoroso.

Lo más cerca que podríamos comparar esta escena en América hoy sería la inauguración de un presidente. Muy pronto, muchos de nosotros estarán mirando ese evento. Y, como nuestra inauguración, en esta ocasión se había construido una plataforma especial para el rey en el gran patio del templo, al frente del altar donde los sacrificios por los pecados eran ofrecidos. En esa plataforma el rey Salomón se levantó y después se arrodilló, como así la descripción de esta ocasión impresa en el preámbulo de la oración de Salomón, en 2 Crónicas 6:12-17:

Púsose luego Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendió sus manos. Porque Salomón había hecho un púlpito de metal, de cinco codos de largo, y de cinco codos de ancho, y de altura de tres codos, y lo había puesto en medio del atrio: y púsose sobre él, é hincóse de rodillas delante de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante á ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia á tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón; Que has guardado á tu siervo David mi padre lo que le dijiste: tú lo dijiste de tu boca, mas con tu mano lo has cumplido, como parece este día. Ahora pues, Jehová Dios de Israel, guarda á tu siervo David mi padre lo que le has prometido, diciendo: No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, á condición que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú delante de mí has andado. Ahora pues, oh Jehová Dios de Israel, verifíquese tu palabra que dijiste á tu siervo David. {2 Cro 6:12-17}

Salomón comienza esta oración reconociendo las promesas de Dios a David, su padre, para que nunca faltare un hombre que se sentara sobre el trono de Israel. Este tema del reinado corre a través de todo el Antiguo Testamento. Cuando leemos acerca de los reyes, debemos de recordar siempre de que esto refleja lo que el Nuevo Testamento nos enseña de que Dios ha llamado a cada hombre y mujer a ser un rey en Cristo, de que debemos reinar nuestras vidas a través de Jesucristo. Es de gran ayuda el pensar de uno mismo como haber recibido un reino el cuál vas a reinar- -el reino de tu propia vida y todo lo que viene a ella. Nosotros estamos, en un sentido, encargados de estos asuntos. Ahora no podemos dictar todo lo que pasa, pero reaccionamos a todo lo que pasa. En ese sentido cada uno de nosotros es llamado a ser rey, y el reinado del Antiguo Testamento es una reflexión de esa gran verdad.

Noten como Salomón trae el hecho de que ese reino siempre descansa en una base doble.

Primero, hay una promesa divina de reinar dada a nosotros. Cuando Pablo usa esa frase en el Nuevo Testamento, él no está hablando de un reino algún día en el cielo. De hecho el usa la frase, "reinar en vida" {Rom 5:17} ahora mismo, a través de Jesucristo. Esa posibilidad descansa en las promesa de Dios. Pero también hay un requisito de responsabilidad humana. Noten como Salomón lo trae a la luz:

á condición que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú delante de mí has andado. {2 Cro 6:16b}

En todas las Escrituras encontramos esa combinación unida de la promesa divina y la respuesta humana. Debemos ser obediente a la palabra de verdad, y esa obediencia da a lugar el cumplimiento de la promesa divina. Ahora, entendemos, también, que nuestra respuesta a cambio es una acción persuadida por la actividad del Espíritu en nuestro interior-- para que la soberanía de Dios siempre lo abarque todo--pero la respuesta humana es muy importante. Enfatizo eso, porque muchos hoy día parecen desviarse de ese requisito.

La oración de Salomón consiste de ocho peticiones grandes y de una área amplia que conciernen al templo y al lugar de oración en la vida del pueblo de Israel. Vamos a leer a través de esta oración y comentar rápidamente acerca de estas peticiones. Al leer esto, yo espero que entendamos eso, aunque estas peticiones tenían aplicaciones específicas para el pueblo de Israel, tienen también aplicación para nosotros.

Por ejemplo, los judíos tenían que dar la cara al templo cuando oraban, no importa donde estuvieren en la tierra. Ahora, ustedes saben que los mahometanos dan la cara a la Meca cuando oran. Bien, de la misma forma los judíos, aún cuando estuvieren en países extranjeros, daban su cara hacia Jerusalén porque ahí era que estaba el templo. La oración de Salomón traerá eso a colación aquí al leer a través del recuento.

Pero en nuestras propias vidas esto tiene una aplicación específica también, porque recordemos de que, en este hermoso retrato pintoresco del Antiguo Testamento, tenemos un retrato de algo que es verdad en nosotros. Se nos dice en el Nuevo Testamento de que nuestros cuerpos son el templo del Dios vivo. Bien, esto es una verdad que es a menudo extraviada. Es muy doloroso cuando cristianos se refieren a los edificios como "la casa de Dios" El Nuevo Testamento nunca llama a ningún edificio la "casa de Dios." Los edificios de la iglesia no son las casas de Dios--ustedes los son. En todas las partes del Nuevo Testamento la contestación del templo del régimen antiguo es el cuerpo humano y nuestras vidas personales. Nosotros somos la habitación de Dios, por el Espíritu. Cuando nos reunimos juntos, como en esta mañana cuando todos estos templos están en un lugar, el lugar completo se convierte en el templo del Dios vivo; Dios morando en medio de su pueblo por su Espíritu.

Ahora, eso es lo que hace que nuestra reunión junta reconozca la presencia de Dios en medio nuestro. Jesús dijo, "donde dos o tres [dos o trescientos] están reunidos, ahí estoy Yo en medio de ellos," {Mat 18:20}. Lo que hace que un servicio de adoración sea significativo es el reconocimiento de que estamos reunidos como el templo del Dios vivo, para que así todas estas palabras relacionadas con el templo apliquen a nosotros. Esta gran verdad es enseñada poderosamente en el libro de Hebreos en el Nuevo Testamento. A la luz de esto, esta oración de Salomón se convierte en un ministerio maravilloso de enseñanza y el poder de la oración en nuestras vidas, y quiero leerla ahora desde ese punto de vista.

En el verso 18, el rey Salomón nos da su primera petición:

"Mas ¿es verdad que Dios ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte: ¿cuánto menos esta casa que he edificado?" {2 Crom 6:18}

¿No es eso asombroso? El templo es llamado "la casa de Dios," pero en el mismo día de la dedicación, Salomón reconoce que no puede contener a Dios. Dios es más grande que cualquier casa.

Mas tú mirarás á la oración de tu siervo, y á su ruego, oh Jehová Dios mío, para oír el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti. Que tus ojos estén abiertos sobre esta casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, {2 Cro 6:19-20a}

Póngase usted en esa escena. Usted es la casa verdadera de Dios, y Dios ha prometido de estar disponible para usted día o noche. Este es el efecto de esta promesa.

Mi nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar. Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada: que oigas y perdones. {2 Cro 6:20b-21}

Esta es una gran súplica para aumentar la confianza en la oración, descansando en una respuesta divina obvia. Salomón está orando, "Señor, deja que este lugar sea un lugar donde tu contestas la oración, donde la gente comienza a ver la oración pedida y la oración contestada este puesta en práctica." Bob Roe nos estaba diciendo a algunos de nosotros de los empleados la semana pasada una historia interesante acerca de un contacto de él que se ha convertido en un cristiano nuevo. No sé si lo han notado, pero Dios a menudo contesta las oraciones sorprendentemente de cristianos nuevos más que las de ningún otros.

Este nuevo cristiano estaba aprendiendo a volar un avión, y volando un día se encontró acorralado en las nubes. El no sabía mucho todavía como bajar a través de las nubes usando los instrumentos, así que estaba en peligro, y oró, "Señor abre un hueco para mí." Casi de inmediato apareció un hueco en las nubes, y el bajó a través de ellas y allí estaba el aeropuerto debajo.

Luego cuando estaba con algunos de sus amigos no creyentes en un viaje de caza de patos en Méjico, él le dijo acerca de esto, pero todos se rieron y dijeron, "Eso fue una coincidencia solamente." El dijo, "No, no lo fue. Dios obra de esa forma." Y ellos dijeron, "Bien, si tu Dios obra de esa forma, él debe estar apto de controlar lo que tendremos para la cena esta noche." El dijo, "Eso suena razonable, ¿Que quieren de cena?" Uno de ellos dijo, "Me gustaría un bistec suizo." Y el hombre fue a donde el cocinero mejicano y le preguntó que estaba sirviendo de cena esa noche. "¡Bistec suizo!" dijo el cocinero.

La mañana siguiente ellos estaban en la área de caza y algunos patos volaron cerca. Se veía que venían cerca a distancia, pero de la misma forma que venía viraron y se fueron. Uno de los hombres dijo, "Si tu Dios es tan bueno, haz que los patos regresen." Este hombre comenzó, "Quack, quack” Y los patos regresaron y volaron cerca y los hombres los cazaron!

Al ir volando de vuelta a casa, el hombre cristiano que no se había lavado sus dientes esa mañana dijo, "Oh, desearía tener un cepillo de dientes." Uno de los amigos dijo, "Bueno, tu Dios es tan bueno que el debe de proveerte un cepillo de dientes." El cristiano dijo, "Si eso es correcto." Al estar listos para abordar el avión el miró hacia el suelo, y allí vio un cepillo nuevo en la caja, probablemente se había caído en un vuelo anterior.

En el camino a casa uno de los hombres dijo, "Sabes, este Dios es muy impresionante. He estado pensándolo en convertirme en cristiano."

Bien, cuando usted oye historias así, tienen que recordar que esa es la acción de un Padre de corazón tierno, inclinándose y mirando los pasos no muy firmes de un pequeño bebé en Cristo. Pero tenemos que crecer también. No podemos esperar ese tipo de contestaciones a las oraciones todo el tiempo. Las Escrituras no nos animan a pensar que Dios va a correr a nuestro llamado todo el tiempo que oremos. Tarde o temprano tenemos que aprender de que va a ver periodos de espera en que no siempre vamos a entender. Van a venir respuestas inesperadas, van a venir negaciones aparentes de parte de Dios, en un esfuerzo para probarnos y reforzarnos. Aún con todo eso vendrá un sentido de crecimiento de la fidelidad de Dios a sus promesas. Así que esta es la primera petición de Salomón, consciente de la realidad de la oración, de que Dios contesta los lamentos de su gente.

Aquí en el verso 22 está su segunda petición. Verso 22:

Si alguno pecare contra su prójimo, y él le pidiere juramento haciéndole jurar, y el juramento viniere delante de tu altar en esta casa, Tú oirás desde los cielos, y obrarás, y juzgarás á tus siervos, dando la paga al impío, tornándole su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo en darle conforme á su justicia. {2 Cro 6:22-23 

Esto refleja la situación de un hombre que está en problemas con sus vecinos. El ha hecho algo malo, y jura que es inocente. En orden para que le crean ellos le llevan al templo y le hacen que jure en el altar que lo que el dice es verdad. Encontramos una señal de esto en nuestras cortes de ley hoy día, cuando un hombre pone su mano en la Biblia y jura de que lo que dice es verdad ante Dios, o levanta su mano derecha y dice, "Así me ayude Dios." Esto es una reflexión de esa misma situación. Esta fue la base de las palabras de nuestro Señor en el Sermón del Monte cuando dijo, "No juren, por el cielo o la tierra, sino que sus si sea si y su no sea no," {Mat 5:34-26}. Deja que tu si sea si y tu no sea no y deja que eso sea suficiente, dijo él. En otras palabras, Salomón está orando para que reconozcamos que en el templo, el lugar donde mora Dios, que somos nosotros, estamos en contacto con lo más sagrado en la tierra. Lo que Salomón está diciendo aquí es que al uno orar, al comunicarse con el Dios de la verdad, estar conscientes de la importancia de que sus palabras comiencen a profundizar y aumentar y realicen el valor de ser un hombre o mujer de su palabra, sin requerir ninguna otra clase de apoyo o defensa.

Eso sucede a aquellos que oran. Lo asombroso es que al usted crecer como cristiano, la fidelidad y la responsabilidad son evidencia de que están convirtiéndose progresivamente en el templo del Dios vivo; Dios está llenando esa habitación.

La tercera petición es encontrada en verso 24:

Si tu pueblo Israel cayere delante de los enemigos, por haber prevaricado contra ti, y se convirtieren, y confesaren tu nombre, y rogaren delante de ti en esta casa, Tú oirás desde los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás á la tierra que diste á ellos y á sus padres. {2 Cro 6:24-25}

Aquí hay un reconocimiento de que la oración--fiel, seria, honesta, oración abierta--es la única respuesta propia a una derrota en la vida de fé.

Recuerden como lo puso Juan, "Si confesamos nuestros pecados [eso es oración], él es fiel para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad," {1 Juan 1:9}. ¿Sabe usted lo bien que se siente uno después de haber estado trabajando en el patio o en su carro, y cubierto con tierra, se quita uno la ropa sucia y toma un baño fresco en la ducha y se limpia de toda la tierra? Bien, eso es la provisión que Dios ha hecho en la oración en la vida del creyente. "Si confesamos nuestros pecados." No lo justificamos, no lo excusamos, no le echamos la culpa a otro, sino que lo admitimos y reconocemos que Dios sabe cómo manejarlos y tiene una limpieza para nosotros. Si los confesamos, él es "fiel y justo para perdonarnos." Podemos tomar ese perdón una vez y otra vez, tantas veces como lo necesitemos, tantas veces por la cual sintamos que hemos caído en algo incorrecto. Dios nos limpia y somos libre de nuevo, renovados en espíritu y fortalecidos otra vez por su gracia. Es la provisión de la oración el lugar para la derrota.

Luego la cuarta petición, verso 26:

Si los cielos se cerraren, que no haya lluvias por haber pecado contra ti, si oraren á ti en este lugar, y confesaren tu nombre, y se convirtieren de sus pecados, cuando los afligieres, Tú los oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y les enseñarás el buen camino para que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad á tu pueblo. {2 Cro 6:26-27}

Aquí el problema es uno de sequía que nace del pecado de una nación que se le había tolerado por mucho tiempo y se le había excusado. Una de las formas que Dios llama la atención de la gente es restringiendo la lluvia. Es muy notable aquí en California que estemos tres pulgadas de menos comparando con la lluvia normal promedio. ¿Qué dice eso? Dios está llamando nuestra atención. Hace tres o cuatro años, cuando tuvimos una gran sequía, aun los periódicos comenzaron a reflejar la necesidad de la oración. Los alcaldes de las ciudades pidieron oración. La gente empezó a darse cuenta de que el hombre no controla el tiempo, aunque recibimos reportes del tiempo todos los días y tenemos al reportero del tiempo que habla como si controlara la situación. Pero no lo tienen; Dios está a cargo.

Lo mismo pasa en la vida individual. Tu puedes pasar a través de sequía espiritual, cuando no se ve que nada te impacta espiritualmente; todo es estéril y desolado en su alrededor; la lluvia de el amor de Dios y las bendiciones parecen estar restringidas. ¿Qué haces tú? Bien, es por eso que la oración está disponible. Oración es el medio por la cual confesamos nuestros pecados y Dios restaura. Santiago nos dice, "Acércate a Dios y él se acercará a ti," {Sant. 3:8}. Esa es la fórmula más simple que conozco para recuperarse de un periodo de esterilidad y sequía.

Aquí está su quinta petición, verso 28:

Y si hubiere hambre en la tierra, ó si hubiere pestilencia, si hubiere tizoncillo ó añublo, langosta ó pulgón; ó si los cercaren sus enemigos en la tierra de su domicilio; cualquiera plaga ó enfermedad que sea; Toda oración y todo ruego que hiciere cualquier hombre, ó todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y su dolor en su corazón, si extendiere sus manos á esta casa, Tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu habitación, y perdonarás, y darás á cada uno conforme á sus caminos, habiendo conocido su corazón; (porque solo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres;) Para que te teman y anden en tus caminos, todos los días que vivieren sobre la haz de la tierra que tú diste á nuestros padres. { 2 Cro 6:28-31}

Una vez más, Dios despierta nuestra inquietud y llama a nuestra atención en cierta forma de calamidad, o alguna amenaza para nosotros. Noten lo personal que es: "Cada uno sabiendo sus propias aflicciones y su propio dolor." A veces nos metemos en problemas por mantener nuestra vista de más en otros. Dios sabe que lo que puede tocar a una persona a otra no le hace ningún impacto, así que el escoge el tipo de aflicción que va a llamar nuestra atención.

¿Han notado de que él siempre parece dejar que el enemigo venga a nosotros en maneras que nos hace daño en las áreas mas sensitivas? Ese es Dios hablando. A menudo el pecado está tan cerca de nosotros que ni lo reconocemos. Otros lo ven, le ha causado problemas por años, pero estamos ciegos a estás áreas en nuestras vidas. Eso es porque, a menudo, Dios tiene que llamar nuestra atención por alguna enfermedad, algún padecer, alguna plaga, alguna derrota financiera, alguna calamidad, cualquiera que fuere. Esto puede suceder en la vida de un individuo como en la vida de una nación.

Así que nuestra respuesta a la oración es a veces incompleta porque no vemos las cosas. Eso es lo que Salomón está enfatizando aquí, "Dios conoce los corazones de los hijos de los hombres."

A menudo pienso que somos como aquel hombre que Jesús tocó y abrió sus ojos, pero solo en parte. El hombre dijo, "Yo veo a hombres como árboles caminando" {Mar 8:24}, y el Señor tuvo que tocarlo de nuevo y abrir más sus ojos. Este tipo de problema requiere a veces un tratamiento repetido de parte del Señor, y gradualmente nuestros ojos abren a la realidad.

La petición en la oración que Salomón está haciendo aquí, por lo tanto, es que podamos entender el significado detrás de algunas de estas pruebas y aflicciones en nuestra vida y responder en una manera apropiada para que Dios la use para nuestro beneficio.

Continuando con la sexta petición, verso 32:

Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas tierras á causa de tu grande nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido, si vinieren, y oraren en esta casa, Tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme á todas las cosas por las cuales hubiere clamado á ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado yo. {2 Cro 6:32-33}

Esas palabras fueron la base para que nuestro Señor limpiara el templo, cuando tomó un látigo hecho de cuerdas y viró las mesas y sacó a los cambiadores de dinero, diciendo. "Está escrito, mi casa será casa de oración para todas las naciones" (y él está citando de estás mismas palabras), "pero ustedes la han hecho una cueva de ladrones," {Mat 21:13, Mar 11:17}. Su coraje en aquella ocasión refleja la importancia desde el punto de vista de Dios para los extranjeros que están en medio nuestro.

Salomón está orando aquí de la verdad del Dios vivo sea una atracción poderosa a aquellos que están tropezando y siendo cegados y buscando la realidad en el mundo. Debemos de estar conscientes de esto, estar sensibles a ellos y sus necesidades para que puedan ver la belleza de las vidas sometidas a Dios, y se conviertan y se acerquen cerca de él.

Estoy animado por el alcance de muchos en esta congregación, pero les recuerdo de los muchos extranjeros alrededor de nosotros. ¿Saben ustedes que hay sobre mil estudiantes extranjeros de varios países del mundo aquí en la Uiversidad de Stanford? Esos hombres y mujeres jóvenes van a ser los líderes de sus naciones cuando regresen a su país. Que grandioso sería si alguno de nosotros abriera nuestros hogares y nuestros corazones y tomaran estos extraños en medio nuestro, muchos que están buscando ayuda y hambrientos de la realidad.

Ahora la séptima petición, verso 34:

Si tu pueblo saliere á la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los enviares, y oraren á ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la casa que he edificado á tu nombre, Tú oirás desde los cielos su oración y su ruego, y ampararás su derecho. {2 Cro 6:34-35}

Esta es una oración reconociendo la presencia de Dios, que nos ánima a obtener nuevos entendimientos para atacar las ciudadelas del mal que nos rodean. Estamos conscientes, en esta área particularmente del aumento en la homosexualidad. Lo grande que es esa maldad. Hombres y mujeres jóvenes son llevados sin querer capturados a una filosofía falsa de la vida. Pero este ataque no requiere un enfoque cabeciduro y de mano dura, requiere un corazón con entendimiento para tratar con él. Movido por el hecho de que tenemos al Dios vivo en medio nuestro, debemos ser movilizados a actuar y atacar algunas de estas cosas. Tensiones raciales, aumento en crimen, rompimiento de la familia, tráfico de drogas,-- estos son las fuerzas de la maldad que pueden ser atacados por aquellos que conocen al Señor.

Tenemos luego la octava y última petición, verso 36:

Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,) y te airares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para que los que los tomaren los lleven cautivos á tierra de enemigos, lejos ó cerca, Y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren llevados cautivos; si se convirtieren, y oraren á ti en la tierra de su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos obrado; Si se convirtieren á ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado cautivos, y oraren hacia su tierra que tú diste á sus padres, hacia la ciudad que tu elegiste, y hacia la casa que he edificado á tu nombre; Tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y ampararás su causa, y perdonarás á tu pueblo que pecó contra ti. Ahora pues, oh Dios mío, ruégote estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos á la oración en este lugar. {2 Cro 6:36-40}

¿Cuántas personas conocen ustedes que están cautivas hoy día? El pecado los ha llevado a un país extraño, están en las garras de la perversidad sexual que les controla. Eso está pasando a mucha gente hoy. En esta congregación misma, yo sé que hay unos que están luchando para ser librados de la esclavitud del uso incorrecto de sus poderes sexuales. Son cautivos en una tierra extraña. A lo mejor un temperamento ligero te mantiene en una esclavitud constante; destruye tus relaciones, y te tira al suelo cada vez que tratas de levantarte. Estás perdiendo siempre el control de la situación por un temperamento ligero; tu eres cautivo por eso. Quizás alcoholismo, ha cautivado a algunos a la botella, saboteajando todas sus buenas intenciones, todos sus esfuerzos para recuperar. A lo mejor la codicia ha agarrado tu corazón y te ha controlado; el dinero es tu dios, y todo lo que vives es por progresar y hacer mucho dinero.

Bien, las palabras de Salomón son; si estás en esta situación entonces ora; comunícate con Dios con todo tu corazón. Preséntate delante de él y ruega por su misericordia y por su gracia. Busca su rostro cada día y su respaldo, porque como es puesto de una manera hermosa en Romanso 6, "El pecado no debe tener dominio sobre tí porque no estás bajo la ley sino bajo la gracia, "{Rom 6:14}.

Así que Salomón termina su oración.

Cuando él la terminó, el fuego de Dios bajó del cielo. Dios contestó maravillosamente y apoyó la oración de este gran rey de Israel, demostrando visiblemente que él tenía el poder, los recursos y el amor para contestar estas peticiones.

Que lección tenemos aquí de el lugar de la oración. Es el lugar de poder desarrollar integridad personal; el lugar donde podemos ser restaurados cuando hemos sido derrotados en la vida de fé; el lugar de refrigerio de el espíritu estéril y resecado de muchos de nosotros; el lugar de refugio de el afligido; el lugar de amor para el extranjero; el lugar de retorno para aquellos que han estado en cautividad.

Dios conceda que podamos aprender a orar renovados en este nuestro día, el pueblo de Dios y pueda ser un testimonio a las naciones que nos rodean.

Oración

Padre nuestro, no pedimos por fuego del cielo; hemos visto ya el gran sacrificio del Cordero de Dios, sacrificado por los pecados del mundo. No necesitamos testimonio más grande de tu amor y tu interés. Pero oramos para que seamos gente de oración, niños y niñas, hombres y mujeres que aprendan a orar, que aprendan a comunicarse con el Dios de Gloria, que haya en el lugar de la oración la contestación de las necesidades personales que nos afligen día a día. Oramos para que esto sea enseñado por tu gran Espíritu en el nuevo año, porque oramos en el nombre de Jesús, Amén.

Título: Las Fronteras de la Oración
Serie: Estudios de la Oración del Antiguo Testamento
Pasaje: 2 Crónicas 6:12-40
Mensaje No: 7
Número de Catálogo: 3741
Fecha: Fecha no determinada del otoño de 1980 a la primavera de 1981

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