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  29. ¿Cómo elaborar estudios bíblicos?

Métodos de Estudio Bíblico es una introducción al método inductivo para estudiar la Biblia tomando en cuenta los pasos de la observación cuidadosa del texto, luego su interpretación, aplicación y correlación, más un vistazo ligero a otros métodos que el alumno puede utilizar en el auto estudio de la Palabra de Dios. También considera los beneficios de la lectura de las Escrituras y explica cómo preparar, organizar y dirigir estudios bíblicos con el fin de evangelizar y discípular.

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Serie: ¿Cómo elaborar estudios bíblicos?

 Ps. Fernando Alexis Jimenez

Introducción

“¿Cuál es el método más sencillo, práctico y, sobretodo, eficaz para realizar un estudio bíblico?”  Esta es una de las preguntas que recibo con mayor frecuencia en el volumen que recibo diariamente de correspondencia. Y es natural. Los nuevos creyentes, pero también aquellos que llevan un buen tiempo caminando de la mano del Señor Jesucristo, desean aprender más de Su Palabra y quieren aprovechar al máximo la lectura diaria y devocional de la Biblia.

A esta inquietud se suma el interés creciente en nuestras congregaciones por formar líderes que contribuyan a llevar la carga y estén debidamente capacitados para ejercer la labor de evangelización y predicación.

Unos y otros confluyen en la necesidad de realizar un estudio sistemático de las Escrituras de manera que, además de recibir edificación espiritual, puedan extraer mensajes para  compartir con otros creyentes.

 

Con el propósito de responder a ese interés, desde el Ministerio de Evangelismo y Misiones “Heraldos de la Palabra” hemos diseñado la presente serie, que esperamos, constituye una valiosa herramienta para cada uno de nuestros lectores.

 

¿Qué se requiere para iniciar un estudio bíblico?

 

Ante todo se requiere disposición de sacarle provecho al texto objeto de estudio, encontrando lecciones para su aplicación práctica en la vida. Un buen número de cristianos no son muy asiduos a la lectura y, cuesta reconocerlo, no son estudiantes regulares de las Escrituras. Pero una vez aprendan a realizar un estudio, estamos seguros que su actitud será diferente.

 

La libreta de notas

 

Al iniciar la elaboración de un estudio bíblico, es fundamental tener a mano una libreta de notas. Allí el estudiante de la Biblia irá consignando apuntes sobre aspectos que le llamen la atención en la lectura, pero también podrá registrar anécdotas e información que en el futuro le sirvan para ilustrar los mensajes.

 

Un diccionario

 

De acuerdo con la versión de la Biblia que se utilice, hay términos que pueden ser desconocidos para el lector. Por esa razón le recomiendo que tenga a mano un diccionario. De esa manera podrán absolver interrogantes sobre palabras que desconoce.

 

En la medida que vaya leyendo y desconozca alguna expresión, el estudiante la anotará en su libreta y buscará el significado. Esto ayudará a enriquecer su léxico y por supuesto, facilitará su comprensión de la lectura.

 

Mucha oración

 

El encontrar revelación en la Palabra de Dios siempre debe estar antecedida por un buen tiempo de oración delante del Señor.

 

Históricamente ha sido así. Los hombres y mujeres que mantuvieron un estrecho contacto con el Creador, recibieron siempre mensajes nuevos. Y con la lectura de la Biblia ocurre lo mismo.

 

Lectura panorámica del texto

 

El primer paso al comenzar un estudio bíblico es definir qué pasaje queremos estudiar.

 

En caso que se trate de un libro de la Biblia (todo el texto de Jonás, por ejemplo), lo aconsejable es realizar una lectura rápida, sin mayores prevenciones.

 

Imagine que se encuentra en lo alto de una montaña. Desde allí puede divisar toda su ciudad. Las calles, las transversales, los pasajes. Es cierto, no puede particularizar una dirección o determinar el color específico de una edificación, pero tiene una visión muy amplia de la zona urbana. Ve todo. Eso es lo que ocurre cuando realizamos una lectura rápida: nos permite tener a una idea general del texto.

 

Los términos que desconozca, aquellas cosas que le llamen la atención o quizá, aspectos que en otras ocasiones no le despertaron interés pero ahora pareciera que cobran una importancia especial, debe anotarlos en su libreta.

 

Resumir las ideas

 

Cuando vaya a apuntar algo que le llamó poderosamente la atención, le sugiero que sea lo más breve posible. Simplemente anote la idea general. Por ejemplo, los versículos 1 y 2 del Salmo 23. Dice el texto: “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce...” (Nueva Versión Internacional).

 

Al resumir, usted podría colocar: “Dios es mi pastor”, “Dios es mi proveedor” o simplemente “Dios nos cuida en todo”. Esas ideas concretas nos permiten, de un lado recordar fácilmente la información, y de otra parte, nos preparan para la elaboración de mensajes.

 

Hay que destacar que los resúmenes facilitan formarnos una idea general de todo lo que trata el texto objeto del estudio. Facilitan la elaboración de esquemas fáciles de estudiar.

 

Es importante tener en cuenta que la división de un libro de la Biblia en capítulos, en ocasiones no corresponde al paso de un tema a otro. Debemos ser muy cuidadosos con eso, para no perder el hilo del asunto que viene tratando el autor. Este aspecto lo abordaremos en el siguiente capítulo, en el que podremos mirar qué es texto, qué es contexto y la importancia de mirar qué hay antes, durante y después del pasaje que estemos analizando.

 

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La importancia del texto y el contexto

Con demasiada frecuencia encontramos personas que toman un solo versículo de la Biblia y a partir de allí generan toda una serie de principios doctrinales. Lo grave es que, sin tener suficiente basamento Escritural, comparten mensajes totalmente desfasados, fuera de su contexto. Yerran y conducen a otras personas al error.

Igual ocurre cuando se elabora un estudio bíblico. No podemos, bajo ninguna circunstancia, tomar un solo versículo para tratar de explicar todo lo que dice el pasaje, el capítulo o el libro.

Para no incurrir en errores, definiremos qué es el texto y cuál su contexto.

El texto

Por texto podemos definir un versículo o un pasaje específico que vayamos a estudiar.

Imagine una pared con muchos ladrillos. El texto vendría a ser uno de aquellos ladrillos. Hagámoslo mucho más gráfico: imagine un rompecabezas. ¿Qué es el texto? Vendría a ser una de las muchas piezas que conforman la totalidad del juego.

Cuando tenemos esa imagen clara, podemos entender que un solo eslabón de la cadena, no constituye el todo sino una parte. No puedo tomar un ladrillo y decir: “Tengo en mis manos toda una pared o muro”.

¿Qué es el contexto?

El contexto es todo el conjunto de piezas del rompecabezas o el muro completo. Es el todo en el cual se encuentra incrustado el texto.

Vamos a otro ejemplo. Ubíquese mentalmente en el templo al que asiste. ¿Ve todas las sillas? Pues ese conjunto de bancas vendría a ser el contexto. Pero ahora enfoque su atención en una sola de las sillas. Si lo explicamos gráficamente, diríamos que ese taburete vendría a ser el texto.

Tener estos dos conceptos claros reviste particular importancia porque al elaborar un estudio bíblico es necesario que no vamos saquemos un texto, de su contexto.

Mirando un pasaje dentro de su contexto

Al elaborar una lectura panorámica, tenemos una visión general de qué acontece en la totalidad del libro o texto que vamos a estudiar. Nos permite estar en la cima de la montaña y apreciar el paisaje: las montañas, las nubes, los ríos, las carreteras y la ciudad.

Este ejercicio nos permite hilar ideas generales y conocer cuáles son los aspectos más relevantes. Este paso es fundamental porque en el momento de realizar un análisis detallado, tenemos una cosmovisión aproximada de qué ocurre a lo largo del texto.

Incluso, es probable que nos surjan interrogantes o que por el contrario, absolvamos preguntas. En todos los casos, es recomendable leer el libro de forma panorámica.

Pero supongamos que, una vez lo haya hecho, usted se interesa por un solo capítulo. Es de allí que extraerá una enseñanza. Pues lo aconsejable es que se tome el tiempo para leer los capítulos anteriores y los posteriores. Así tendrá una idea mucho más aterrizada de qué está ocurriendo.

Entramos ahora en una experiencia apasionante para todo estudiante de la Biblia. Es lo que conocemos como Lectura Detallada, es decir, un paso de avanzada en la elaboración del estudio bíblico.

¿Qué es la Lectura Detallada?

Este tipo de lectura exige mucho más. Nos lleva a investigar, analizar, corroborar y tomar apuntes. Es un ejercicio enriquecedor porque nos abre las puertas para conocer en particular, de qué trata el capítulo.

Supongamos que ya leímos la totalidad del libro que vamos a estudiar. Tenemos una cosmovisión de qué se trata. Ahora comenzamos a particularizar y elaborar el estudio.

Es recomendable que usted como pastor, predicador, líder o cristiano que comienza a involucrarse en las tareas y ministerio de la iglesia, desarrolle el buen hábito de realizar estudios bíblicos siguiendo dos pasos esenciales: tanto la Lectura Panorámica como la Lectura Detallada o pormenorizada.

Cuestionario a las lecciones 12 y 13

1.- Al disponernos a la elaboración de estudios bíblicos es necesario tener:

a.- Una buena bíblica con ayudas de estudio y tiempo para estudiar cada tópico objeto de análisis.

b.- Libreta de notas, una concordancia, un diccionario bíblico, oración y un estudio panorámico del texto.

c.- Una buena concordancia únicamente.

d.- Ninguna de las anteriores.

2.- Un análisis panorámico del texto es de suma importancia porque:

a.- Nos permite conocer qué pasó antes, durante y después del texto estudiado.

b.- Profundizar en términos que normalmente suenan extraños.

c.- Las dos anteriores.

d.- Ninguna de las anteriores.

3.- Es importante que al leer el texto objeto de estudio:

a.- Tomemos notas para el momento de elaborar el estudio.

b.- Subrayar nuestra Biblia con aspectos interesantes.

c.- Tomar notas de los aspectos interesantes observados al leer el texto.

4.- ¿Qué importancia juegan el texto y el contexto en el estudio bíblico?

a.- Permiten determinar de dónde viene un hecho determinado, observando lo que ocurrió antes, durante y después.

b.- Sólo basta leer el texto. El contexto no es necesario.

c.- El contexto es determinante porque nos ayuda a tener una mejor comprensión del texto que estudiamos.

d.- Las respuestas a y c son correctas.

Jiménez, Fernado Alexis, Manual para la elaboración de sermones y estudios bíblicos, Usado con permiso.

 
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